Alguna vez considerada como una tierra prohibida para establecer franquicias deportivas, Las Vegas se encuentra a un par de días de albergar el acontecimiento anual más importante de la cultura estadunidense: el Super Bowl. Conocida antiguamente como la ciudad del pecado por sus profundas conexiones con las apuestas y los juegos de azar, en menos de una década Las Vegas ha logrado diversificarse para construir una economía deportiva que incluye equipos de NFL, NHL, WNBA, MLB y un Gran Premio de Fórmula Uno. La distancia que hasta hace no mucho tiempo las principales ligas y promotoras de Estados Unidos mantuvieron con Las Vegas, con las notables excepciones del boxeo y UFC empezó a desaparecer en 2016 cuando la National Hockey League autorizó la expansión de un equipo en la metrópolis del sur de Nevada. Los Golden Knights debutaron en 2017 derribando los viejos tabúes que sostenían que los equipos profesionales y las apuestas legales no podían subsistir en la misma ciudad. Con el equipo de hockey tomando la escena de Las Vegas y atrayendo a cientos de fanáticos a su arena, el resto de las ligas puso en la mira a la luminosa urbe, incluyendo a la NFL que en 2003 rechazó que se transmitiera un anuncio de turismo de Las Vegas durante el Super Bowl, preocupados por no mancharse con la mala fama de las apuestas. Unos cuantos años después, la NFL reconsideró su postura y aprobó la mudanza de los Raiders incluyendo en la operación la sede del Super Bowl que disputarán los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City. Durante toda esta semana, cientos de miles de personas han aterrizado para ser parte de las festividades del Super Bowl LVIII. Los analistas estiman que durante esta semana arribarán al menos 450 mil personas para formar parte de las festividades del gran juego. Se espera una derrama económica de hasta 1,100 millones de dólares, la cual es poco más de la mitad de los 1,845 mdd que la ciudad recaudó en 2022 cuando aún no había Fórmula Uno, ni el gran partido por el trofeo Vince Lombardi. La celebración del Super Bowl LVIII sólo es uno de los grandes pasos que está dando Las Vegas para convertirse en la capital mundial del deporte. Se tiene planeado que los Athletics de MLB se muden a Nevada, donde un nuevo estadio debería estar listo para el Opening Day de la temporada 2028. Mientras que la NBA y la MLS, ya analizan florecer en el desierto de Nevada. FUENTE: EXCÉLSIOR