Hoy termina el periodo de la presidencia del Sistema Estatal Anticorrupción de Ricardo Bermeo Padilla, quien en el último año ha sido muy opaco en un sistema de que de acuerdo al decreto de creación publicado el 15 de julio de 2017, está muy lejos de ser un mecanismo para le prevención, control y disuasión de hechos corrupción y faltas administrativas, conforme a las bases del Sistema Nacional Anticorrupción. Hasta ahora no se ve cómo es que ha implementado una política pública en materia de combate a la corrupción, fiscalización y control de los recursos públicos. Siguen presentándose actos de corrupción en los distintos gobiernos y no se ve cómo el Sistema estatal aplique medidas, no sólo de contención, sino de combate a la corrupción. La presidencia rotatoria del Sistema Estatal Anticorrupción surge del Comité de participación Ciudadana, y justo hoy termina el encargo de Ricardo Bermeo Padilla dejando el espacio a la llegada de Herlinda Goretti López Verver y Vargas, quien a partir de ahora tendrá la encomienda de fijar una política que consolide el discurso político gubernamental de combate a la corrupción, ya que hasta el momento, no hay, un solo servidor público, del presente y/o el pasado, que enfrente a la justicia por la posible comisión de delitos que atenten contra la moral, las buenas costumbres y el robo del recurso público. Los integrantes de este sistema, tienen la enorme responsabilidad de luchar contra “la herencia maldita”, que aun ayer, ha confirmado la secretaria general de Gobierno; y no tienen idea de cómo deben combatir la corrupción y evitar que surjan parientes, hermanos o gente muy cercana al poder, que determine a quién se le destina la obra pública con el consabido diezmo por la asignación. En gobiernos anteriores, presuntamente eran los hermanos de los gobernantes, ahora hay un personaje de apellido Rivas que lleva todo lo relacionado a la asignación de la obra pública y que tiene también, el compromiso de “atender” personalmente las necesidades de los constructores, ya que es él, es el responsable de asignar y tratar con los constructores, lo relacionado a las transacciones de los recursos indirectos que no entran a las empresas y muchos menos se invierten en las obras. Vaya problema el que va a enfrentar la nueva presidenta del Sistema Estatal Anticorrupción, que tendrá que denunciar éste y otros hechos de corrupción que subsisten en la obra pública y en las adquisiciones del gobierno. Tal parece que “El diezmo” no ha desaparecido, se ha sofisticado y adquiere nombre y apellido, y fue director de obras públicas del municipio de Fresnillo en el trienio 2007-2010. Hoy es el responsable de asignar y cuantificar todo lo que a obra pública se refiere. Herlinda Goretti López Verver y Vargas tiene un doble compromiso, mostrar su independencia del poder y mostrar que va en serio la lucha contra la corrupción, y mantener un sistema alejado de las tentaciones del poder, ya que en ella recae, desde hoy, la lucha frontal contra la corrupción, que no ha desaparecido del gobierno, sino que se ha sofisticado como a la izquierda conviene. Es la oportunidad para mostrar esa libertad e independencia, de lo contrario, terminará por enterrar un sistema Estatal Anticorrupción que al día de hoy, solo es comparsa del poder y sus intereses.