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Se acabó lo de comer totopos, esquites o sopecitos provenientes de mazorcas que
00:04 lunes 20 febrero, 2023
ColaboradoresSe acabó lo de comer totopos, esquites o sopecitos provenientes de mazorcas que no hayan sido cultivadas por las manos agrietadas y generosas de nuestro pueblo, con esos trajes tan coloridos y esos burros tan delgaditos Nuestro presidente volvió a mostrar el tremendo juego de cintura que lo distingue. Ayer publicó un decreto sobre el maíz transgénico que le quita un poco de rigor al que lo antecedía, el de diciembre, para que el imperialismo no se acelere y empecemos con problemas en los tribunales. La cosa está así. Se acabó lo de comer totopos, esquites o sopecitos provenientes de mazorcas que no hayan sido cultivadas por las manos agrietadas y generosas de nuestro pueblo, con esos trajes tan coloridos y esos caballos y esos burros tan delgaditos. Eso no tiene vuelta de hoja. Sin embargo, de momento, el maíz trans puede usarse con fines diferentes a la alimentación humana. La 4T, madre generosísima, no puede ocuparse de todo. Los puerquitos y los pollos, esos, de momento, tendrán que seguir comiendo elote imperialista. Nuestro guía, tan generoso con sus consejos de salud, y por supuesto con su ejemplo —qué bonito es verlo evolucionar un martes a las cuatro, antes de irse a dormir, sobre la arena candente del diamante, un relámpago tropical que nos ilumina en su camino entre tercera y home, un atleta keniano del trópico nacional—, sigue pues preocupado por nuestra salud, y con esto quiero decir: activamente preocupado. De ahí sus diatribas contra los chescos, sus cierres de cerveceras cueste lo que cueste y sobre todo sus embestidas legales contra el vapeo, sustentados, como es sabido, en sus conocimientos profundos de la ciencia no neoliberal. Ciencia que, desde ya, va a tener que aportar una buena cantidad de soluciones, hay que decirlo. Aunque nuestro líder sostiene que somos súper autosuficientes en la producción elotera, la 4T está obligada a la prevención: ¿y si los conservadores, desesperados como están, tienen razón en que las mazorcas criadas a la vieja usanza en el suelo patrio no alcanzan ni para un fin de semana de fiestas patronales en Tlaxcala? Me temo que la suprema sacerdotisa de la ciencia cuatroteísta, la santera de la ciencia en neoliberal, la chamana de la agronomía, o sea Elenita Álvarez-Buylla, va a tener que canalizar todos los recursos de Conacyt a la producción del grano sagrado. Señor Presidente, señora directora general: uso esta tribuna para solicitarles que no escatimen. Hagan lo que sea necesario: una paraestatal para que el ejército produzca bastones plantadores, o una campaña de ceremonias sacrificiales en honor a Cintéotl, dios del maíz, y Chicomecóatl, diosa de la agricultura. Cuente con los pollos de mi patio para fertilizar la tierra y alegrar a los dioses ancestrales. Porque el mexicano, pueblo resiliente donde los haya, puede vivir sin muchas cosas: un aeropuerto, medicinas, maestros alfabetizados, un metro que no explote cada quince minutos. Lo que nos es imposible, se los digo fraternalmente, es vivir sin maíz. POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@juliopatan09