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Trump desestabilizó la economía mundial y provocó una guerra comercial con gran parte del mundo, incluso China y Canadá, pero sin mejorar la situación estadounidense; dio nueva fuerza a la desconfianza política y económica hacia su país
00:02 martes 29 abril, 2025
ColaboradoresAl acercarse los primeros cien días del segundo gobierno de Donald Trump, sería viable señalar que ha sido en mucho una decepción para buena parte de sus votantes, pero también que sería viable esperar que el actual retroceso sea presagio de un reajuste y una nueva embestida.
Los primeros cien días son un lapso más o menos informal en los que, desde Franklin D. Roosevelt, se espera que el mandatario anuncie sus políticas y sus propuestas que desarrollará durante su gobierno.
Pero en el caso Trump, fueron más bien una avalancha de propuestas y órdenes ejecutivas que en muchos casos parecieron apresuradas, insensibles o contraproducentes.
Hasta ahora, Trump desestabilizó la economía mundial y provocó una guerra comercial con gran parte del mundo, incluso China y Canadá, pero sin mejorar la situación estadounidense; dio nueva fuerza a la desconfianza política y económica hacia su país; donde además fortaleció la polarización política.
Ahora que muchos analistas comparan el actual gobierno de Trump y el régimen de Andrés Manuel López Obrador en México, podría subrayarse que entre las similitudes hay una importante: para sus fieles no podrían hacer nada incorrecto, para sus críticos nada bueno, y para la mayoría sus métodos son consistentemente erróneos.
Para citar al politólogo estadounidense Bruce Mellman, "el gobierno Trump hace actualmente lo que la mayoría cree que es correcto, pero de una forma que la mayoría cree que es equivocada".
De hecho, el gobierno Trump es descrito como "caótico" y hasta como "aterrador", según encuesta de The New York Times, mientras que el índice de aprobación es de 41%, siete menos que en febrero pasado y el más bajo que cualquier presidente (incluso su primera presidencia, 2016-2020) en los últimos 72 años, apuntó la CNN, mientras que The Washington Post subrayó que el 39% de los estadounidenses aprueba el desempeño de Trump, pero 55% lo rechaza, en lo que definió como una muy breve "luna de miel" política.
En cierta forma, Trump está donde quiere estar: en el centro de atención. Pero se puede decir que llevó sus propuestas de gobierno a los extremos y, si como dicen sus corifeos, eran un planteamiento para negociar, buscaba -al menos en lo comercial- llegar a posiciones tan extremas que cualquier reducción parezca una concesión aunque sea desventajosa respecto a las condiciones originales.
Claro que tiene a su favor el que Estados Unidos sean todavía la principal potencia económica y militar del mundo, una relación imprescindible para la mayoría de los países del mundo. Pero al mismo tiempo, introdujo elementos de incertidumbre y desconfianza, dentro y fuera de ellos.
En su afán de concentrar poder en la Presidencia, Trump creó un principio de crisis constitucional y debilitó las instituciones básicas del estado, incluso el presuntamente irreversible imperio de la ley.
En el camino hizo saber que su país no necesita aliados. Y el mundo tomó nota.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE