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“Los cárteles tienen una alianza intolerable con el gobierno de México", acusó la Casa Blanca en un comunicado el pasado 1 de febrero, para justificar la imposición de aranceles a nuestro país. No solo Trump lo piensa
00:02 martes 4 marzo, 2025
ColaboradoresLas cosas avanzan con demasiada velocidad. Vamos a una colisión. La dinámica en la que Donald Trump ha envuelto a México, amenaza con generar un choque de trenes en el paraíso de la 4T. La espiral luce fuera de control. Las señales apuntan, todas, en la misma dirección. Los caminos conducen a López Obrador y su sexenio de “abrazos, no balazos”, que significó un contubernio innegable con organizaciones criminales.
Es solo cuestión de unir piezas.
“Los cárteles tienen una alianza intolerable con el gobierno de México", acusó la Casa Blanca en un comunicado el pasado 1 de febrero, para justificar la imposición de aranceles a nuestro país. No solo Trump lo piensa. También Marco Rubio, secretario de Estado de EU, que acusó a la administración del tabasqueño en una entrevista con Telemundo, en 2023, de “entregar partes del territorio” a los grupos criminales.
En los últimos 10 días, la cadena de eventos ha colocado el reflector sobre AMLO. Las sospechas y preguntas en torno a él y sus cercanos, crecen. La realidad es nítida: los grupos criminales, ya designados organizaciones terroristas extranjeras por Trump y su gobierno, se empoderaron como nunca antes. ¿Fue omiso el expresidente? ¿Hubo complicidad? ¿Se consintió a políticos de primer nivel -gobernadores, por ejemplo-, que tenían nexos con delincuentes?
El pasado viernes se publicó una entrevista de Trump con The Spectator, donde el presidente aseguró que recomendó a la Fiscal general de su país, Pam Bondi, investigar a políticos mexicanos por posibles nexos con el narcotráfico.
El periodista lo cuestionó sobre si pedirá rendición de cuentas a políticos corruptos, a lo que Trump dijo que “definitivamente”.
“¿Incluyendo políticos mexicanos?”, se le preguntó. Ante esto, el presidente respondió que “ciertamente recomendaría que se les investigue. Dependerá de Pam Bondi, quien es excelente en lo que hace”.
La entrevista se publicó un día después de que los integrantes del gabinete de seguridad de la presidenta Sheinbaum se reunieran en Washington con Rubio y la primera plana del gabinete de seguridad de EU.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores, y Alejandro Gertz Manero, fiscal general, estuvieron en EU para convencer al gobierno de Trump de los avances en el combate a los cárteles del narcotráfico.
El mismo viernes, otra bomba: el secretario de Defensa de EU, advirtió que “nada está descartado", respecto a la posibilidad de atacar laboratorios de fentanilo en México. “Están advertidos. Es suficiente”, señaló en entrevista a la cadena Fox News. No son palabras de cualquiera, lo dice el hombre que está al frente del Ejército más poderoso del mundo.
Pero si eso no fuera suficientemente delicado, ese mismo día, una nota en The Wall Street Journal, registró el contenido de una llamada ocurrida el 31 de enero entre un grupo de altos mandos mexicanos y el jefe del Pentágono, en la que este último habría pedido atender la colusión de los grupos criminales con algunos sectores del gobierno mexicano y tomar medidas en la frontera para combatir el crimen. Peter Hegseth habría asegurado que su país estaba preparado para emprender esas acciones, ante la “sorpresa y enojo” de los funcionarios mexicanos, según refirió el diario estadounidense.
En ese marco, 29 criminales mexicanos fueron entregados a EU, sin que existiera un proceso de extradición. Aquello pareció más bien un obsequio, un regalo para demostrar “buena voluntad”.
La estrategia de persecución y combate al crimen del gobierno de Sheinbaum contrasta, por decir lo menos, con la del sexenio pasado. En los hechos, la presidenta ha pintado su raya. El asunto es si esa línea que los divide en el terreno de la seguridad también alcanzará la escena política. Lo sabremos pronto.
PAL