SEGUNDAS OPORTUNIDADES. Hablar de las preliberaciones no debería reducirse a un cálculo frío de cuánto cuesta mantener a una persona en prisión. Si bien es cierto que el erario destina en promedio 600 pesos diarios por interno en San Luis Potosí, el debate de fondo es qué estamos construyendo como sociedad: cárceles que perpetúan el encierro o espacios que realmente apuesten por la reinserción.

De poco serviría gastar más que el promedio nacional si ese dinero no se traduce en caminos reales para que quienes recuperan su libertad tengan la oportunidad de no volver a delinquir.

La liberación anticipada de 328 personas en el estado abre un espacio para reflexionar sobre el valor de las segundas oportunidades. Apostar por la reinserción no es ingenuidad, sino una estrategia inteligente para prevenir la reincidencia y fortalecer la seguridad a largo plazo. Cada persona que logra integrarse a la vida productiva, que retoma su papel en su familia y que reconstruye un proyecto de vida, significa un delito menos, una víctima menos y una comunidad más fuerte.

COMPROMISO MUTUO: El Estado debe garantizar programas sólidos de capacitación, apoyo psicológico y acompañamiento legal, pero la sociedad también tiene que abrir espacios para quienes desean recomenzar.

Creer en las segundas oportunidades es, en última instancia, creer en nosotros mismos y en la posibilidad de un futuro más justo y en paz.  

¡Hasta mañana!