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“Una persona o disciplina sus finanzas o sus finanzas lo disciplinan a él”. Orrin Woodward, conferencista estadounidense
00:03 jueves 25 mayo, 2023
ColaboradoresDe manera intuitiva, las personas reconocemos que la preocupación sobre la estabilidad o el bienestar financiero personal o familiar genera frecuentemente efectos negativos sobre la percepción de bienestar psicológico. Existen distintas aproximaciones a este fenómeno. Algunas tratan de relacionar el nivel de estrés financiero con el nivel de precariedad económica que enfrentan los hogares o las personas: de acuerdo con esta visión, entre mayor es el nivel de precariedad y consecuentemente mayor es la debilidad para enfrentar lo las necesidades financieras de los mínimos de subsistencia, mayor es el efecto negativo psicológico que enfrentan las personas y mayor el nivel de ansiedad financiera.
Otras vertientes tratan de tener una aproximación más relativa en función del nivel de estrés coyuntural que a nivel financiero enfrentan las personas; en esta perspectiva, no es el nivel absoluto de precariedad sino la variación relativa que se tiene respecto de un momento determinado punto en este sentido, una afectación al bienestar financiero producto de una enfermedad o de una pérdida de trabajo lleva a un mayor nivel de ansiedad financiera y a un efecto de bienestar psicológico más profundo.
En el estudio “The Relationship Between Financial Worries and Psychological Distress Among U.S. Adults”, de Ryu y Fan, con base en datos de la encuesta nacional de salud de 2018, se trató de encontrar la vinculación entre el nivel de preocupación y ansiedad financiera, con los efectos psicológicos entre adultos; así como la correlación con variables como el género, el estado civil, el estado de empleo, la educación y el ingreso.
El estudio encontró de, en primer lugar, que las mujeres tienden a mostrar un mayor efecto psicológico negativo como resultado de la percepción de estrés o ansiedad financiera. Ello en principio se explica, porque a su vez distintos estudios demuestran típicamente que la mujer absorbe de facto una carga importante del sentido de preocupación de la resolución de los temas financieros cotidianos de los hogares, aun cuando no necesariamente participe en todos los casos con trabajo remunerado; ello es resultado de que también con mayor frecuencia, son ellas las que se encargan de la realización de las compras de productos o servicios que cotidianamente requiere el hogar y, consecuentemente, enfrentan ellas las presiones asociadas a contar con los recursos para satisfacer las necesidades mínimas percibidas del hogar.
También se encontró en el estudio, que las personas casadas o que cohabitan con una pareja, tienden a tener un menor efecto negativo psicológico como resultado de la ansiedad financiera, respecto de aquellos que se encuentran separados o divorciados o viudos. Pareciera en principio que la sola existencia de una pareja en el hogar disminuye, ya sea la carga financiera al contarse con dos ingresos o, en los casos en que alguno de los integrantes no tenga un trabajo con económica, se distribuye y comparte el nivel de preocupación por la resolución de los aspectos relacionados con la satisfacción de las necesidades del hogar.
El estudio encuentra una evidente correlación con el estatus de empleo, que hace que las personas que se encuentran empleadas o en situación de retiro formal, presenten menores efectos negativos psicológicos asociadas a la ansiedad financiera, respecto de aquellos que se encuentran en situación de desempleo.
Por lo que se refiere al nivel de ingreso, los segmentos de menor nivel de ingreso, pero incluso del nivel medio de ingreso, tienden a presentar una mayor propensión entre la ansiedad financiera y el efecto psicológico negativo de estrés.
Es importante este proceso, porque en la medida que el estrés financiero y esto se traduce en un efecto negativo a nivel psicológico, existen múltiples estudios que demuestran que se produce una degradación de la calidad de las decisiones, incluyendo las financieras, lo que puede llevar a profundizar la condición negativa que en términos financieros el hogar enfrenta.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares