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La Casa Blanca tiene nuevo inquilino y eso no le sienta muy bien a México, no sólo porque es sabido que la política migratoria del nuevo presidente de Estados Unidos no es para nada laxa, sino porque el gobierno mexicano estuvo tan ocupado quedando bien con la administración pasada que poco se ocupó de acercase al que estaba por llegar
07:46 miércoles 20 enero, 2021
EN LA OPINIÓN DE ERIKA SALGADOLa Casa Blanca tiene nuevo inquilino y eso no le sienta muy bien a México, no sólo porque es sabido que la política migratoria del nuevo presidente de Estados Unidos no es para nada laxa, sino porque el gobierno mexicano estuvo tan ocupado quedando bien con la administración pasada que poco se ocupó de acercase al que estaba por llegar. Hagamos memoria, mientras que como candidato Andrés Manuel López Obrador criticó las flaquezas y el servilismo del gobierno mexicano ante un Donald Trump racista y ensañado con México, ya cómo presidente se volvió su mejor aliado, según palabras del mismo Trump. En sus últimos discursos el presidente saliente de los Estados Unidos de Norteamérica elogió la colaboración de López Obrador, a quien le agradeció el trabajo para “cuidarle” la frontera. El 18 de enero el New York Times publicó una nota donde afirma que el presiente mexicano es una gran admirador de Trump y que así se lo hizo saber al nuevo presidente norteamericano, Joe Biden, a quien por cierto, López Obrador tardó mucho en reconocer cómo tal. El atropellado comienzo de la relación con el nuevo gobierno de EU resulta preocupante, no podemos olvidar que es nuestro vecino más cercano, territorial y comercialmente, qué hay acuerdos y tratados de temas tan delicados como la seguridad y la migración que están en juego. San Luis Potosí es uno de los estados que más vínculos tiene con el vecino del norte, por la gran cantidad de potosinos radicados de forma legal e irregular en Estados Unidos que cada año envían millones de remesas que sostiene la economía de sus lugares de origen pero también por el intercambio comercial formal entre ambas naciones con el sector automotriz, logístico e industrial en general. Si bien las principales inversiones extranjeras en SLP durante el 2020 no fueron de origen norteamericano, es innegable que gran parte del atractivo de nuestro estado para ser sede de las mimas, es su vínculo con Estado Unidos, su cercanía y los acuerdos que permiten el intercambio de mercancías. A nuestro estado le conviene que haya buenos acuerdos y negociaciones entre ambas naciones. Pero esa relaciones no se dan de facto, deben trabajarse de forma cuidado para no caer en entreguismo, pero tampoco terminar por romperlas. Hace falta estrategia y cálculo, y por lo pronto dicho claramente, no hemos comenzado con el pie derecho. Esa lealtad mostrada al gobierno de Trump nos deja mal parados ante el nuevo inquilino de la Casa Blanca y le da el pretexto perfecto para asumir una postura arbitraria en su relación con México. Mientras los tropezones diplomáticos continúan, nuestros migrantes están cada vez más nerviosas, porque ya se han enfrentado a redadas y deportaciones que han fragmentado a sus familias. Así, estamos ante un momento clave en la relación México-Estados Unidos y aunque es fundamental que el gobierno mexicano tenga buenos estrategas que definan los límites y las formas de relación con el vecino nuevo, también será vital que el Presidente Mexicano entienda la relevancia y lo que va en juego en esta vecindad y actúe en consecuencia por el bien de los connacionales, de la economía, de la seguridad y de nuestro país.