Vínculo copiado
Ya lo dijo hace unos años la escritora, directora de cine y feminista Susan Sontag en su ensayo “Women´s Beauty” publicado en 1975 en la revista Vogue “No es el deseo de ser bella lo que está mal, claro, sino la obligación de serlo- o tratar de serlo” refiriéndose sobre los estereotipos de belleza impuestos a las mujeres a través de la historia.
18:38 jueves 14 septiembre, 2017
ColaboradoresYa lo dijo hace unos años la escritora, directora de cine y feminista Susan Sontag en su ensayo “Women´s Beauty” publicado en 1975 en la revista Vogue “No es el deseo de ser bella lo que está mal, claro, sino la obligación de serlo- o tratar de serlo” refiriéndose sobre los estereotipos de belleza impuestos a las mujeres a través de la historia. Hace unos días, tuvimos la fortuna de escuchar uno de los discursos más poderosos y reivindicadores para cualquier mujer, la cantante norteamericana Pink, al ganar un premio subió al escenario y dijo: “hace poco estaba llevando a mi hija al colegio y me dijo ´soy la persona más fea que conozco, parezco un niño con el cabello largo´”, y relató el asombro de escuchar esas palabras de la boca de una niña de 6 años. Yo de verdad me preguntaba quién podría ser tan cruel como para exigirle a una niña que cumpliera con tal o cual estereotipo para sentirse bella… y entonces, Pink dijo algo maravilloso, “no cambiamos, si en una concha vemos arena, la convertimos en perla y ayudamos a la gente a cambiar para que pueda ver distintas formas de belleza”. ¡Ese es el punto! a nuestra generación le toca también hacer evidente la diversidad de cuerpos, de pieles, de texturas, de alturas, de anchuras y de colores que tenemos las personas. Esta presión de los cánones socialmente aceptados a los que las mujeres pareciera que estamos obligadas a amoldarnos y que como la concepción binaria sigue fuertemente arraigada en las mentes de las nuevas generaciones con la diferencia que ahora hay diversos movimientos sociales que trabajan por visibilizar lo que antes parecía no existir. Una de las campañas pioneras fue la del jabón “DOVE” que presentaba como modelos a lo que llamaron “Mujeres reales” es decir, su intención era representar la diversidad de mujeres, pero creo que el decir cuales mujeres son o no reales, invisibiliza a las demás que no ajusten a la mirada de quien hizo esta campaña. Obvio esto sin quitarle NADA de mérito al gran paso que se dio con esta acción publicitaria que sin duda, abrió la puerta a una revolución mediática y feminista. Desde tiempos históricos, se ha dicho que la belleza es el atributo que reconocemos en lo bello, son el conjunto de la armonía, la proporción, la simetría y la perfección así como la capacidad para agradar a la vista y al oído y para cultivar el espíritu, es algo totalmente subjetivo. Es que miren, no es cosa fácil cuestionarnos la belleza, siempre ha estado ahí como una virtud, un tipo de excelencia, algo que de conseguirlo, nos hace mejores personas. Por ejemplo, en tiempo de la civilización griega, cuando se lograba una belleza tanto interior como exterior, se podía decir que entonces ya eras una “persona completa” y se tenía que esforzar para lograrlo. Y al cuestionarnos la belleza también deberíamos de revisar muy bien el porqué consideramos bello algo o a alguien y con base a que parámetros decidimos qué no entra en esa descripción. Tiene que ver también con el sentido de la estética y por supuesto, con las preferencias personales, todo eso es claro y se vale, lo que necesitamos cuestionarnos y cambiar es idea mediática y social de que sólo hay una forma de belleza y tenemos que aprender a ver la belleza en las diversas representaciones. Lo preocupante es que así como la hija de la cantante Pink dijo que era fea, miles de niñas en todos los países no se ven reflejadas ni en las caricaturas, ni en las películas y mucho menos en las muñecas y también, están viviendo en un mundo en el que les recuerda constantemente que las niñas, por ser mujeres, deben de cumplir con ciertos roles y desempeñar actividades específicas que no les hagan perder su belleza. Hace algunos días, mi querida maestra Alda Facio compartió vía Facebook una publicación sobre un juego on line llamado “Plastic Surgery Princess” y otra app llamada “Pimp My Face” que han ido ganando terreno entre niñas y adolescentes y que no es otra cosa más que una naturalización de la hipersexualización de las niñas, tema no trivial en un país como México con los impactantes índices de violencia sexual contra las menores y también les enseña a las niñas que se pueden operar y cambiar todo lo que son para finalmente llenar un estereotipo y agradarle a alguien (generalmente un hombre). No, no se malinterprete, por supuesto que no estoy en contra de la decisión de cada quién de practicarse o no una cirugía cosmética, eso es una decisión personalísima, a lo que les invito a reflexionar es en el ¿porqué se hacen esas cirugías? ¿Cuántas veces hemos escuchado a una persona adulta decirle a una niña que no llore porqué se ve fea? MILES, y de ahí se desprenden muchas limitaciones y como ejemplo tenemos el terrible dicho legitimador de violencia y tan común que dice “calladita te ves más bonita”… ¡CARAY! Enseñemos a las niñas que no es tan importante ser bonita, que la belleza depende de quién la vea, impulsémoslas a ser fuertes, a ser poderosas, a volar, a crear, a usar su voz, a que tienen derecho a ser mucho más que un adorno complaciente de un sistema cruel y voraz que nos ha reducido a las mujeres a objetos para consumo. Como siempre estimado lector, estimada lectora, al final del día, la decisión es suya.