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¿Quiénes salen ganando en las divisiones internas entre demócratas? Quienes no lo son
00:10 lunes 25 agosto, 2025
ColaboradoresDesde 2011, el Premio Polari reconoce cada año un primer libro de tema LGBTQ+ de autor británico o irlandés; desde 2019, proclama además en cada edición un Libro del Año, ópera prima o no, de misma temática; sumaría el año pasado un galardón adicional para el mejor libro sobre diversidad sexual para público infantil o juvenil. 2025 podría constituir el ocaso de la plataforma toda. Leo en efecto en el Guardian de ayer que los Polari han sido cancelados este año a partir de la publicación de su llamada long list –antecedente de la short list o nómina de finalistas– y de la presencia en ésta de John Boyne, conocido entre el gran público por la novela El niño con el pijama de rayas –cuya trama versa sobre el Holocausto nazi– pero polémico en el universo de la diversidad sexual. Motivado a investigar, me entero de que Boyne es además autor de una novela titulada Mi hermano se llama Jessica (2019), que, pese a su retrato empático de una transición de género, habría de desatar la ira de buena parte la comunidad trans de habla inglesa un poco por su título y otro poco por la presunta ajenidad de Boyne a ella, en tanto hombre gay cisgénero; también de que hace unas pocas semanas publicó en el Irish Independent un artículo en defensa de la polémica JK Rowling, en el que se asume, igual que ella, un TERF –siglas inglesas que designan a un “feminista radical trans excluyente”–, es decir a alguien que cree que mujeres son sólo las que nacen con genitales femeninos. Muchos en el mundo no compartimos su postura (lo que acaso le tenga sin cuidado, y bien está); en esas filas, sin embargo, figura también un porcentaje acaso mayoritario de la comunidad LGBTQ+ de su país, lo que hace comprensible que su inclusión en esa lista haya sido polémica, y que la organización haya penado para resolver lo que se antoja a todas luces un dilema moral. El camino progresista habría sido declarar que mujer es quien se decide tal, asumir la visión de Boyne ajena al espíritu de la diversidad y descalificarlo, complaciendo a una parte del público y enojando a otra. La vía liberal supondría asumir la libertad de expresión valor supremo y la disidencia piedra angular de la diversidad, confirmando la inclusión del escritor en esa nómina aun cuando sus ideas fueran susceptibles de ofender; de igual manera, esa postura había sido aplaudida por unos y condenada por otros. En cualquiera de los dos casos, el Reino Unido seguiría contando con un premio para valorar la creación literaria LGBTQ+. Aterrada de enojar a alguien, Polari optó por palarizarse, generando un vacío que el ala retrógrada de la derecha –la que va logrando derribar aquí y allá conquistas como la legalización del aborto o el matrimonio igualitario– va llenando. (¿Sospecha el lector que este texto se pretende parábola? Acierta.) POR NICOLÁS ALVARADO COLABORADOR IG y Threads: @nicolasalvaradolector