Un pequeño recuerdo que Chuck Schumer, el líder demócrata de la Cámara de Senadores, entregó a la vicepresidente Kamala Harris, puede parecer y es un poco una broma. Pero también una representación de un problema para Estados Unidos: la polarización política. El "memento", un pequeño mazo de oro, similar al usado por los líderes camerales durante debates y sesiones legislativas, representaba el número de ocasiones en que Harris ha debido actuar para romper empates legislativos. La Vicepresidencia es considerada normalmente como un puesto poco más que ceremonial, aunque en tiempos modernos se ha convertido en una posición políticamente importante que por ley ocupa el puesto de Presidente de la Cámara. En el caso de Harris, la situación la dejó relevante dada la paridad entre legisladores demócratas y republicanos.  Harris ha debido votar en 33 ocasiones. Más que ningún otro en la historia. El demócrata John C. Calhoun, que ocupó la Vicepresidencia de 1825 a 1832, votó en 31 ocasiones. Es probable que la actuación de Calhoun, que sirvió bajo John Quincy Adams, haya sido resultado de circunstancias similares a las que hoy enfrenta el gobierno de Joe Biden. Un reflejo tanto de la paridad entre republicanos y demócratas en el Senado: 50-50 en la 117 legislatura 2021-2022; 51-49 en 2024, como la dificultad para alcanzar las mayorías necesarias, especialmente en cuanto a propuestas controversiales. Más aún, también incluye las veces que debió votar para romper un empate en torno a un nombramiento, a veces de funcionarios de importancia crítica, embajadores o jueces. La polarización ofrece también oportunidades para que legisladores minoritarios maximicen su poder y obtengan ventajas para sus fines. Véase si no lo que ocurrió en octubre, cuando Kevin McCarthy, presidente republicano de la Cámara baja, fue removido luego de que un grupo de legisladores de extrema derecha le retiró su apoyo y le negó así la mayoría durante lo que fue literalmente un voto de confianza. La Cámara de Representantes (diputados) estadounidense está integrada ahora por 221 republicanos, 212 demócratas y dos vacantes, lo que coloca al líder cameral en una situación de debilidad política. El Congreso de Estados Unidos se distingue por la cantidad de propuestas de ley presentadas contra el número de legislaciones aprobadas. De acuerdo con el sitio especializado govtrack, hay unos 11,613 proyectos de legislación, pero la gran mayoría ni siquiera llegarán a ser examinadas en comités y al final, se espera que menos del siete por ciento –unas 820– llegue a ser aprobada en cámaras y convertirse en ley. Muchas de ellas pueden ser referentes inimitables, como pudieran ser el cambio de nombre de un edificio federal o la proclamación de un día dedicado. Pero muchas otras inciden en la situación de su país económico y ante el mundo. Lo cierto también es que esa lucha política, con dos grupos iguales o casi iguales trabados en un juego de fuerza y procedimientos, inclina cada vez más la balanza hacia un Poder Ejecutivo fuerte. POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

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