Desde el 29 de marzo, la nueva normativa impulsada por el gobierno federal ha puesto en marcha una regulación que prohíbe la venta y distribución de alimentos chatarra en las escuelas del país. Con la intención de reducir los índices de obesidad y enfermedades relacionadas con una mala alimentación, la medida busca promover una alimentación más saludable entre los estudiantes. Sin embargo, los jóvenes han demostrado que no solo son creativos, sino también ingeniosos ante las restricciones.

Un video que rápidamente se viralizó en redes sociales mostró a un grupo de estudiantes de secundaria cocinando hot cakes en plena clase, usando una parrilla eléctrica y un sartén como alternativa a los productos que ahora están prohibidos.

Usuarios reaccionan:

“Al menos será una generación que sabrá cocinar”.

“No que un México sin hambre, Claudia, ve a estos hijos de pe... jajaja”.

"El profesor: ey, la bolita de atrás, ¿me hacen un hot cake? Ya se me bajó la presión”.

“El profe: si me hacen uno, los paso con 8”.

"Ojalá no hagan revisión de mochila y ustedes ahí con el sartén la parrilla la mantequilla la harina".

"La mamá en su casa: '¿Dónde estará mi sartén?'".

Hasta el momento no se ha confirmado en qué escuela ni estado ocurrió el hecho, ni si hubo consecuencias disciplinarias para los estudiantes involucrados. Además, la Secretaría de Educación Pública no ha emitido ninguna declaración oficial sobre este tipo de reacciones de los jóvenes frente a la nueva normativa.

¿Cuál es el objetivo de la prohibición de comida chatarra en las escuelas?

El objetivo de la medida es claro: reducir los productos con altos contenidos de azúcar, grasas saturadas y sodio en los centros educativos, como parte de una estrategia de salud pública promovida por la presidenta Sheinbaum. Muchos han señalado que, aunque la intención es positiva, la medida llegó sin ofrecer alternativas viables para los estudiantes.

Este incidente resalta una realidad: la falta de planificación en políticas públicas puede llevar a soluciones improvisadas. Mientras tanto, los hot cakes se han convertido en un símbolo del ingenio juvenil frente a la normativa.

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Este episodio ha abierto un nuevo debate sobre cómo las políticas afectan la vida diaria en las escuelas, mostrando que, aunque la reforma busca un cambio en los hábitos alimenticios, también puede generar respuestas inesperadas.

Con información de Excélsior