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El desafiante déficit fiscal de México en 2024
00:03 viernes 15 septiembre, 2023
Colaboradores
La economía mexicana se encuentra en una encrucijada de decisiones financieras críticas, no podía ser de otra manera, entre piropos al peso y mentadas de gestión, la polarización política y el candidateo propio de estos tiempos no defraudan al exponer las enormes áreas de oportunidad que hay en nuestro país.
En el centro de esta patética farándula, sin hacer mucho ruido y aprovechando los distractores necesarios para encauzar su aceptación, se alza un desafiante déficit fiscal propuesto para el año 2024: un 4.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que ha dejado a los estudiosos del tema en un estado de preocupación palpable. Este no es solo un número, es un notición con gran impacto que viaja desde el Congreso de la Unión hasta los principales gestores de Wall Street.
La Secretaría de Hacienda, en un movimiento audaz ( ¡hay que reconocerlo! ), ha planteado un déficit que no se veía en tres décadas, un gesto que arroja una sombra amenazante sobre las finanzas públicas de México. Deje usted el descaro en el aumento presupuestal del Tren Maya o las cuentas reales del aeropuerto Felipe Ángeles, la subida en el déficit fiscal expone como el gobierno gasta más de lo que recauda, llevándonos al incremento en la oferta de dinero con su correspondiente subida en los precios de bienes y servicios. Esto afectará especialmente a los sectores más vulnerables de la población, un “primero los pobres” más falso de lo que muchos alcanzar a revelar.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la voz de la prudencia financiera en el país, ha levantado la alarma en un comunicado lleno de preocupación sobre el potencial deterioro financiero y el riesgo de degradación de la calificación crediticia que esta propuesta conlleva. La economía mexicana, ya sometida a una tormenta inflacionaria, se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad ante la poca productividad, la desesperante falta de aprovechamiento que oferta el nearshoring y la abultada presión repartida en apoyos, becas y programas sin retorno.
El impacto de esta decisión se siente en el trabajo del Banco de México, que enfrentará un camino aún más complejo para controlar los niveles de inflación que amenazan con la desestabilización económica... o al menos eso es lo que se expone, entendiendo la jugada de Jaque Mate realizada meses atrás en las que la 4T tomó la gestión sobre una “autonomía” dudosa con un equipo alineado a los intereses obradoristas.
Como si esto no fuera suficiente, se envía una señal desalentadora a los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros... ¿Otra más? El aumento del riesgo macroeconómico de México para los próximos años genera una nube de incertidumbre sobre la inversión en el país, un factor crítico para la recuperación económica con consecuencias que no serán inmediatas, la sombra del déficit fiscal será una pesada herencia.
Tras austeridad disfrazada, es evidente que México ya tiene una deuda considerable; un déficit mayor requerirá más préstamos para financiar el gasto público, dando lugar a una mayor carga de intereses y, eventualmente, a una crisis de deuda si no se controla adecuadamente. ¿Hablamos de sectores como seguridad pública, educación, salud…? Está bien, ahí lo dejamos, reconociendo que la discusión del Paquete Económico 2024 en el Congreso de la Unión debe ser un ejercicio serio y cuidadoso, que tenga en cuenta no solo el presente, sino las repercusiones a largo plazo.
México enfrenta una prueba crucial, y su respuesta a esta encrucijada financiera marcará el rumbo de su economía en los años venideros. Mientras tanto, haciendo eco y mal chiste en fechas patrias… VIVA MÉXICO, DEUDORES! Columnista en #Globalmedia desde el 2018 Escribe sobre economía y politica nacional e internacional. Economista, Doctor en Adminstración con experiencia en Mercados Financieros.