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Trump presionó a universidades para acabar con programas de diversidad, equidad e inclusión que, en su opinión, daban preferencia a minorías
00:02 miércoles 28 mayo, 2025
ColaboradoresEntre las muchas conmemoraciones que coincidieron el pasado 25 de mayo está el primer centenario de la acusación contra el maestro de escuela John Scopes, por el delito de haber enseñado la teoría de la evolución a sus alumnos en una escuela de Dayton, Tennessee.
En cierta forma, es una ironía del calendario. La fecha coincide con el ascenso al poder del movimiento encabezado por el presidente Donald Trump, que propone regresar a los años dorados de Estados Unidos y para ello, entre otras cosas, busca controlar a las universidades y la enseñanza superior, a las que considera como corrompidas por ideas liberales y "peligrosas", además de discriminatorias contra alumnos conservadores y por supuesto, cristianos blancos.
Ciertamente, hablar de las universidades estadounidenses es hablar de empresas multimillonarias, con grandes contratos gubernamentales que financian gran parte de los trabajos de investigación científica del país y cuyo prestigio académico ha sido por décadas uno de los pilares del "poder suave" de Estados Unidos.
La combinación de poderío económico y libertad intelectual ha sido un imán que llevó a las universidades estadounidenses una constelación científica y académica, que incluyó lo mismo a los físicos Albert Einstein y Enrico Fermi.
De hecho, al menos 35% de los premios Nobel alcanzados por Estados Unidos han sido otorgados a migrantes. Para la derecha estadounidense, sin embargo, la influencia de pensamientos liberales o de izquierda en las instituciones de enseñanza superior son, o eran, un obstáculo.
En declaraciones del ahora vicepresidente J.D. Vance, en 2021, "vivimos en un mundo construido, en efecto, gracias al conocimiento universitario", y para reconstruir la nación según los lineamientos del nacionalismo cristiano blanco, las universidades deben ser destruidas. Vance declaró ante la audiencia: "Los profesores son el enemigo".
En las últimas semanas, el gobierno Trump presionó a universidades para acabar con programas de diversidad, equidad e inclusión que, en su opinión, daban preferencia a estudiantes de minorías étnicas o en desventaja económica por encima de estudiantes de raza blanca mejor calificados.
Parte de las presiones se dirigieron también contra la admisión de estudiantes extranjeros, como en el caso de la resistencia de la Universidad de Harvard. El pretexto más usado: las protestas contra la ocupación israelí del territorio palestino de Gaza.
La derecha nacionalista cristiana, actual núcleo del apoyo a Trump, considera que son medidas indispensables para "recuperar" el país y lo que la Fundación Heritage definió como una "segunda revolución estadounidense".
Hace 100 años, el llamado "juicio del mono" acabó en julio, con un fallo contra Scopes, y mantuvo una ley contra la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas públicas de Tennessee. Pero su victoria se quedó ahí. Al menos hasta ahora.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE