Vínculo copiado
Por desgracia, la propaganda no resuelve los problemas. Las cifras de crecimiento de la economía son ridículamente enanas
00:10 martes 16 septiembre, 2025
ColaboradoresCon un déficit de casi seis puntos del PIB, el presupuesto del próximo año, resultará insuficiente para los ciudadanos a pesar de su enormidad billonaria (como nunca antes) y gozoso para el gobierno.
La Transformación tratará, una vez más, de rescatar a Petróleos Mexicanos mediante el consabido recurso: la culpa no es actual. Es de los anteriores, pero si aquellos dilapidaron el dinero nacional, endeudaron a la empresa energética y le cancelaron el futuro, el primer sexenio moreno en el poder no resolvió nada. Sólo agravó la crisis hasta un grado insostenible.
Pero el mencionado déficit no se debe únicamente al desastre petrolero. Es producto de una sustitución de desvíos.
La señora presidenta (con A) nos decía en sus promocionales: el dinero que antes se robaban ahora llega directo a los más pobres. Es verdad. Pero sólo a medias. Auxilia partes; empeora el todo.
Mientras el combate a la pobreza da sus primeros frutos (al menos en la estadística), el conjunto nacional nos muestra una nación empobrecida. Las alzas salariales han producido buenos resultados, sobre todo si se les suman las dádivas de efecto simple: el dineral de la compra de votos (ese es su efecto político) se desvía de los servicios inherentes al Estado: seguridad, infraestructura, salud, educación y más.
La obra pública nacional no recibe mantenimiento ni crece. Los caminos —por ejemplo—, son veredas agujereadas por los pésimos pavimentos; los elevadores en el Seguro Social se vienen abajo: el Tren Maya se descarrila, las ciudades se inundan y hasta algunos hospitales se ven forzados a cerrar, como sucedió hace poco en Oaxaca.
Por desgracia la propaganda no resuelve los problemas. Las cifras de crecimiento de la economía son ridículamente enanas. Cuando más se logra un raquítico uno por ciento del Producto Interno Bruto.
—¿La solución? Dejar de calcular el crecimiento y el consecuente desarrollo (cuyo estadio no hemos alcanzado) con instrumentos neoliberales. Así lo dijo Andrés López.
Pero mientras el presupuesto y su ejercicio son cuestiones soberanas, no lo es tanto la estrategia económica del país. Con el “cuello comprimido” por Estados Unidos y sus presiones, México ha seguido el camino arancelario de Trump. Cincuenta por ciento de tarifas a China, por ejemplo, en cuanto a las importaciones de vehículos ligeros; calzado, textiles y metales.
¿Para proteger nuestras plantas?
No, porque ni siquiera son nuestras. Todavía no fabricamos el Ilhuicamina V8. Gravamos a los chinos para subirnos al ring como Alushe o Kemonito (noventa centímetros de estatura) en medio de un pleito de grandes economías.
Sólo se trata de congraciarse con EU antes del nuevo Temec y ya cerca del fin de la pausa arancelaria.
POR RAFAEL CARDONA
COLABORADOR
@CARDONARAFAEL