Desde la cuarta posición en la parrilla de salida, Checo Pérez intentará superar a los Mercedes y a su compañero de equipo Max Verstappen, quien se quedó con la pole position para el Gran Premio de la Ciudad de México. Un problema eléctrico con su monoplaza llevó ayer a Checo a conducir a ciegas, ya que no pudo consultar información del DRS, balance de frenado y los tiempos de pérdida o ganancia en cada sector. "Estoy molesto porque es una calificación en la que deseaba todo fuera perfecto”, dijo Pérez. El piloto tapatío llegó a la jornada del sábado con la intención de recuperar el "tiempo perdido" con los test de Pirelli del viernes y en la práctica libre 3 vio a los Mercedes de George Russell y Lewis Hamilton ocupar los primeros dos lugares que lo relegaron al quinto puesto. Pérez no quiere que Verstappen le regale nada en el Gran Premio de su casa y Max apunta a que Sergio intente ganar por sus propios méritos y el tapatío, con todo y la frustración de pelear la calificación en desigualdad, quedó a .353 segundos del bicampeón del mundo, de quien estuvo detrás en todo momento en el Autódromo Hermanos Rodríguez, por lo que la perfección que no pudo lograr ayer, la deberá buscar hoy. De tener una fácil y pronta solución su falló técnico de la telemetría, las esperanzas del tapatío para alcanzar otro de sus sueños, ganar el Gran Premio de México, pasarían por una buena salida tras el encendido del semáforo y dejar que su experimentado, y bien conocido, manejo de neumáticos (viernes y sábado rodó con blandos y duros) le permitan mantenerse cerca de Verstappen a lo largo de las 71 vueltas que tendrá la carrera. Otra recompensa por la que va Checo este día es la de recuperar el subliderato del campeonato y la primera ventaja que tendrá sobre Charles Leclerc, de Ferrari, es que saldrá tres posiciones por delante del monegasco, quien parece nunca descifró las condiciones en la pista mexicana.