Hay negocios que no lo son, y decisiones que pueden evitar verdaderos desastres financieros, además de dolores de cabeza que acarrearían problemas de seguridad y medioambientales. El gobierno federal, a través de Pemex está considerando comprar una terminal defectuosa en Tuxpan, Veracruz, propiedad de la multinacional KKR, conocida como Servitux. La terminal, clausurada en 2021 debido a deficiencias en su instalación, tiene historia y riesgos, entre otros, de seguridad e impacto ambiental. Desde 2018, la Terminal Internacional de Fluidos de Tuxpan TIFT en Tuxpan, Veracruz, ha estado a cargo de la persona moral Servicios y Terminales de Tuxpan S. A. de C. V., constituida según el Registro Público de Comercio el 31 de agosto de 2017 por dos empresas: SSA México y SSA México Holdings. Durante 2018 y 2019, Servicios y Terminales de Tuxpan S. A. de C. V. revocó y nombró nuevos apoderados; dentro de ellos, en 2019, Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes con Felipe Calderón. El 4 de mayo del 2018, mediante la resolución número RES/907/2018, se otorgó a Servicios y Terminales de Tuxpan, S.A. de C.V. el permiso de almacenamiento de petrolíferos y bioenergéticos (PL/21140/ALM/2018), dando pie a la habilitación de la Terminal Servitux en 2019 con la participación de otra empresa, la texana Monterra Energy. Esta empresa, a su vez, fue creada por medio de una inversión subsidiada por la multinacional estadounidense Kohlberg Kravis Roberts & Co (KKR), de la cual Téllez se volvió consejero en octubre del 2014, mismo año en que se creó Monterra Energy. Lo de Téllez, en el menor de los casos, huele a tráfico de influencias, pues además de próspero empresario, fungió como miembro del comité técnico del Fondo Mexicano del Petróleo en ese entonces. Si en la forma las señales apuntan corrupción entre funcionarios y empresarios; en el fondo se dio pie al desarrollo de una terminal de combustibles defectuosa y, por tanto, peligrosa. Entre otros riesgos, según evidencia fotográfica en poder de esta columna, hubo falta de cuidado en el levantamiento estructural de la terminal, que está compuesta por 16 tanques, los cuales tienen capacidad para almacenar combustibles para 3 millones 158 mil 240 barriles. Sin embargo, según las fotografías, los tanques han sido mal instalados y están mal nivelados. En las imágenes se ve cómo los tanques fueron abiertos e incluso ingresaron maquinaria para aplanar el terreno y nivelarlo, acción insegura, pues una vez instalados los tanques no deben de ser abiertos ni mucho menos intervenidos con maquinaria. A pesar de ello, la terminal estuvo funcionando varios meses, hasta mayo de 2021, cuando tras una inspección, fue clausurada, lo que derivó incluso en una carta del gobernador de Texas Greg Abbot al presidente de EU en noviembre de ese año, pidiéndole que revisar el asunto. Poco tiempo después, en enero de 2022, Monterra Energy denunció al gobierno mexicano alegando “daño potencial” por 667 millones de dólares. Poco sucedió después, hasta el primer trimestre del 2023, cuando Pemex hizo contacto con KKR para buscar la compra de la terminal Servitux por medio del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales a un costo mucho menor del “daño potencial” calculado anteriormente: 327 millones de dólares. El riesgo de adquirirla no solo sería económico, sino en materia de seguridad y medio ambiente. ¿Cuál sería la necesidad de comprar semejante peligro con dinero de los mexicanos? POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN [email protected]       @MLOPEZSANMARTIN