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Oktoberfest cerró en la madrugada del miércoles por una amenaza de bomba vinculada a una explosión matutina en el norte de Múnich
10:45 miércoles 1 octubre, 2025
MundoEl Oktoberfest de Múnich reabrió sus puertas a las 17:30 tras haber permanecido cerrado durante varias horas por una amenaza de bomba vinculada a una explosión matutina. “La policía me acaba de informar que, en su opinión, es seguro que el Oktoberfest continúe”, dijo el alcalde Dieter Reiter en su canal de Instagram. “Por lo tanto, el recinto del festival volverá a abrir sus puertas a todos los visitantes a partir de las 17:30”. La operación de seguridad fue masiva y se desplegó desde la madrugada. Se reportaron explosiones en el distrito de Lerchenau, disparos, un edificio en llamas y varios automóviles incendiados en calles cercanas. Hacia las 4:40 a. m. se alertó a los bomberos sobre fuego en una vivienda, mientras que en paralelo las autoridades comenzaron sus pesquisas en torno a un presunto atentado.
El agresor —quien habría prendido fuego a la casa de sus padres en Lerchenauer Straße— disparó a su padre, dejó herida a su madre (81 años) y a su hija (21 años), y luego presuntamente se suicidó en el lago cercano a Lerchenauer. Una carta hallada en la escena sugiere que el motivo podría estar ligado a una disputa familiar por herencia. En el momento del hallazgo del cadáver, portaba una mochila con un presunto artefacto explosivo que necesita ser desactivado. Los equipos encargados de la seguridad encontraron granadas de mano con cables trampa en un edificio de departamentos cercano. Mientras tanto, las fuerzas especiales bávaras (SEK) allanaron el domicilio del agresor en Starnberg, asegurándose de que no existieran trampas explosivas en su interior.
Otra pieza clave fue la carta encontrada en posesión del autor, que contenía una “amenaza no específica de explosivos” vinculada directamente al Oktoberfest. Esa misiva llevó a la suspensión de la apertura del festival por la mañana, y al despliegue de 25 perros detectores de bombas que escudriñaron cada rincón del recinto antes de declarar que la amenaza no estaba confirmada. La clausura temporal del festival generó desconcierto entre los asistentes y organizadores. El cierre fue marcado como medida preventiva, mientras los servicios de seguridad buscaban descartar riesgos residuales. Sin embargo, tras las diligencias, las autoridades determinaron que era responsable reabrir bajo condiciones controladas. Este episodio revive memorias dolorosas: en 1980 un atentado con bomba en el Oktoberfest provocó la muerte de 13 personas y dejó más de 200 heridos. Esa historia trágica sigue siendo un referente sobre por qué la seguridad en eventos masivos en Alemania es especialmente delicada.
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La reapertura fue monitoreada de cerca tanto por los visitantes como por los organismos de seguridad. El festival, que suele congregar a millones de personas cada edición, se ve esta vez envuelto en una tensión extra: equilibrar la fiesta con medidas de salvaguardia, y superar el temor que generó el cierre precipitado. Con información de Excélsior.