México vive una profunda crisis en el sector salud, pero el presidente tiene otros datos. En nuestro país, las familias de los niños con cáncer sufrieron todo el sexenio para tener acceso a quimioterapias, pero López Obrador se da tiempo de bromear con la salud de millones. No importa que el desabasto de medicamentos se haya agravado, que la megafarmacia sea un inoperante elefante blanco, o que el personal de la salud haya sido maltratado y cientos de miles de mexicanos hayan muerto por la pésima gestión de la pandemia, él se divierte. El domingo pasado, en la feria de mentiras que retumbaron en el Zócalo de la CDMX, en su mensaje por el sexto Informe de gobierno, AMLO aseguró que su gobierno hereda el mejor sistema de salud pública del mundo. “Ya es una realidad que en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social, conocido como IMSS-Bienestar. Este sistema de salud pública ya es más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”, aseguró. ¿Mejor que Dinamarca? Dan ganas de vivir en el país que López Obrador dibujó. Pero no, la realidad es muy distinta. En el México que dentro de 26 días dejará de gobernar el presidente, faltan medicamentos y millones de personas deben conseguirlos como pueden y donde pueden; más de 6 millones de vacunas contra COVID caducaron almacenadas en bodegas; los pacientes con VIH y cáncer -niños incluidos- han debido salir a las calles a exigir sus tratamientos; no se terminó la corrupción con la concentración de compras, pero sí paso factura la inexperiencia. En ese país, el personal médico fue relegado, incluso en la pandemia y cientos de miles perdieron la vida por el mal manejo gubernamental. Es el mismo lugar donde se construyó una megafarmacia que tendría “todas las medicinas del mundo” y solo surte seis recetas por día. Estamos lejos del sistema de salud pública “más eficaz del mundo”. Cuatro fueron las principales banderas de López Obrador en cuanto al sector salud: gratuidad de los servicios, terminar con el desabasto de medicamentos, desaparecer el Seguro Popular y acabar con la corrupción en la compra de medicinas. Ninguna estrategia resultó como debía. Se impuso la improvisación y el desdén al conocimiento. Se quiso reinventar todo y en el sector salud la torpeza e ineficacia cuestan vidas. AMLO sabe que no cumplió, pero aun así decide reír con el tema. Se burla. Ayer, se descaró. Reconoció que lo dicho en el Zócalo “fue para que hubiera miga” y “también” para hacer enojar a sus opositores. ¿Fue plan con mañana?, le preguntaron. Claro, respondió. No fuimos Dinamarca. Tampoco tenemos el “mejor sistema de salud del mundo”. Pero qué importa, el presidente anda de buenas, bromista y risueño, sobre todo si de pendientes en materia de salud hablamos. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN   

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