El pasado 21 de mayo, el arzobispo de Durango, Monseñor Faustino Armendáriz, sufrió un atentado en la Sacristía Mayor de la Catedral del estado, en donde se encontraba acompañado de feligreses y miembros de la iglesia. De acuerdo con el religioso fue al término de la ceremonia religiosa cuando un hombre de la tercera edad se aproximó a él y sacó un cuchillo con el que intentó apuñalarlo: sin embargo, logró esquivarlo. Los devotos que se encontraban en el lugar informaron de lo sucedido a agentes de la Policía Preventiva de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, que se encontraban realizando recorridos de vigilancia a pie por el Centro Histórico, por lo que de inmediato acudieron al lugar para detener al agresor, un adulto mayor, de aproximadamente 80 años, que llevaba consigo dos cuchillos y ya fue puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado. En entrevista Monseñor Faustino Armendáriz, describió que se encontraba con un grupo de personas en la Sacristía, y mientras conversaba con un niño y una religiosa, un hombre se acercó por detrás de él, lo cimbró de un brazo y le preguntó si era el arzobispo, acto seguido abrió su brazo derecho y dirigió un cuchillo hacia su hígado y corazón y aunque alcanzó a tocarlo, no lo hirió. "Me preguntó si él era el arzobispo y le dije que sí, reaccioné con el brazo izquierdo y con eso amortigüé el golpe", compartió. Posteriormente, dijo, un sacerdote joven se le lanzó al hombre de la tercera edad, ambos cayeron al suelo y fue ahí cuando logró quitarle el arma, la cual estaba protegida con un papel especial. A él se sumó otro hombre que se encontraba en la Sacristía y entre ambos lograron someterlo y esposarlo. La policía llegó más tarde y se han seguido los procedimientos necesarios. El arzobispo considera que fue gracias a que hizo un movimiento rápido que logró esquivar el arma.  Indicó que hasta ahora no se ha revelado el nombre del agresor, quien tras intentar apuñalarlo le lanzó groserías y lo culpaba de algo que él no entendía, peso a eso el arzobispo señaló que intentó dialogar con su atacante. "No estamos exentos dentro de un pueblo que es vulnerable, estos son signos de todo lo que está sucediendo en el país, hay que cuidarnos... falta mucho para que nuestro pueblo pueda sentirse seguro", aseguró. El religioso agregó que aunque le han ofrecido seguridad, aún no la ha tomado, verá qué reacciones hay; sin embargo, destacó que es necesaria la prevención, para que estas cosas no sucedan, en "un tejido social que está roto". Agradeció que los testigos han declarado sobre los hechos y han puesto la denuncia. Además, en redes sociales han llamado a que se haga justicia y se aplique la ley. Con información de El Heraldo de México.