Moody's bajó el viernes un escalón la calificación crediticia de Estados Unidos, de "Aaa" a "Aa1", argumentando que el aumento de la deuda y de los intereses "son significativamente superiores a los de (emisores) soberanos con calificaciones similares".

Las sucesivas administraciones y el Congreso de Estados Unidos no han logrado un acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de grandes déficits fiscales anuales y los crecientes costos de los intereses", dijo Moody's en un comunicado.

La agencia Moody’s explicó que rebajó la perspectiva crediticia de Estados Unidos de “estable” a “negativa”, citando el creciente déficit fiscal y la falta de consenso político para reducir la deuda.

Aunque la calificación de crédito se mantiene en el nivel más alto (Aaa), el cambio en la perspectiva refleja preocupaciones sobre la capacidad del país para gestionar su deuda a largo plazo sin comprometer su estabilidad económica.

Moody’s advirtió que el alto nivel de polarización política en el Congreso ha dificultado la implementación de políticas fiscales sostenibles, lo que se traduce en un aumento persistente del gasto gubernamental sin contrapesos claros. La agencia también señaló que el país enfrenta presiones por el envejecimiento de la población y los altos intereses de la deuda, que se han visto incrementados por las recientes alzas en las tasas de interés de la Reserva Federal.

Esta rebaja de perspectiva llega en un contexto económico tenso, con señales de desaceleración y una deuda nacional que ya supera los 34 billones de dólares.

Aunque Estados Unidos sigue siendo una de las economías más fuertes del mundo, la advertencia de Moody’s podría elevar el costo de financiamiento del gobierno federal y reducir la confianza de inversionistas internacionales, justo en un año electoral donde el manejo de la economía será clave.

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Moody's era la última de las principales agencias de calificación que mantenía la máxima calificación, triple A, para la deuda soberana estadounidense, pero había bajado la perspectiva a finales de 2023 debido al aumento del déficit fiscal y del pago de intereses.

Con información de Excélsior