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La visión corta y la oportunidad perdida: Un análisis crítico del presupuesto del gobierno de Morena bajo Claudia Sheinbaum
00:02 viernes 25 octubre, 2024
Colaboradores
En México, los ciclos presupuestales no son simplemente herramientas de planificación financiera, sino el reflejo de la visión (o falta de ella) de quienes dirigen el país. Así empiezo esta columna, directo y sin rodeo, harto de los resultados y el atole que día a día empieza a ser imperdonable. Bajo el mandato de la nueva presidente, (así como se debe decir, ¡PRESIDENTE!) Claudia Sheinbaum, el presupuesto se ha convertido en un tema doloroso, no solo por el monto asignado a diversas áreas, sino por lo que revela acerca de la filosofía de gobierno del partido Morena. Lo que estamos viendo es una combinación peligrosa de conformismo y falta de previsión, que amenaza con hundir al país en un estancamiento económico crónico. El presupuesto del gobierno es, en teoría, un mapa para guiar a una nación hacia el crecimiento y el bienestar. Lo que Morena ha presentado es poco más que un ejercicio de administración de recursos, sin una estrategia clara para impulsar el crecimiento económico a largo plazo. A pesar de que México tiene un potencial vasto, se sigue apostando por una visión limitada que prioriza programas asistencialistas en lugar de inversiones que promuevan el desarrollo de infraestructura, innovación y diversificación económica. Es cierto que los programas sociales son necesarios, especialmente en un país con profundas desigualdades, pero cuando estos se convierten en el único pilar de la política económica, el resultado es un ciclo de dependencia. Los programas como la Pensión para Adultos Mayores, recientemente expandidos bajo el manto del "Bienestar", cumplen una función social vital, pero no generan empleos ni fomentan la competitividad. El país sigue sufriendo de una falta de inversión en sectores clave como la tecnología, la industria y la educación, elementos que podrían transformar la economía en una más resiliente y robusta. La inflación ha sido un enemigo implacable en los últimos años, lejos de ser un fenómeno pasajero, ha sido exacerbada por políticas económicas que carecen de rumbo. La administración de Sheinbaum, como la de su predecesor del cuyo nombre no quiero acordarme, ha sido demasiado dependiente del gasto público sin una estrategia coherente de generación de ingresos adicionales. La deuda pública, aunque aún contenida, está aumentando para dar lugar a una presión fiscal sobre las clases medias y empresariales insoportable, un tiempo en el que aún hay esperanzados en promesas de reformas fiscales más equitativas. El manejo de los recursos ha sido ineficiente, la instalación de una Comisión de Presupuesto con ¡60 diputados! es un ejemplo claro de cómo se está institucionalizando la burocracia en lugar de reducirla. Lejos de buscar eficiencia y transparencia en la asignación de recursos, la composición de esta comisión revela una tendencia preocupante hacia la centralización del poder en manos de Morena, con poco espacio para el debate real y plural. En el escenario global, México está quedando atrás. Países como Brasil, Chile e incluso Argentina, han comenzado a adoptar políticas que fomentan la inversión extranjera directa, la innovación tecnológica y la sustentabilidad ambiental. En México, seguimos obsesionados con un modelo que, aunque ha dado algunos resultados en términos de popularidad política, está completamente desconectado de las tendencias económicas mundiales. La apuesta por los sectores tradicionales de la economía, como el petróleo, está condenada al fracaso a largo plazo, especialmente cuando se ignoran los mercados emergentes y las tecnologías disruptivas que están redefiniendo las reglas del juego. El conformismo económico de Morena es tal que, cualquier crítica o propuesta alternativa, es vista como una amenaza. Las reformas estructurales, necesarias para modernizar el aparato productivo del país, están fuera del radar de la administración actual. En lugar de buscar acuerdos con la oposición para implementar cambios que realmente impulsen el desarrollo, Morena se ha enclaustrado en su propio discurso, tachando a sus detractores de "quedabién" o, peor aún, de estafadores. Es innegable que México tiene el potencial de ser una potencia económica regional, pero mientras sigamos aplicando políticas que perpetúan el estatus quo, ese potencial se mantendrá desaprovechado. Es fundamental que el gobierno comience a pensar en grande, a diseñar un presupuesto que no solo mantenga a flote al país, sino que lo impulse hacia el futuro. #GlobalMedia #Economia #México #MaizTransgénico SOBRE LA FIRMA
Columnista en #Globalmedia desde el 2018
Escribe sobre economía y política nacional e internacional.
Economista, Doctor en Administración con experiencia en Mercados Financieros.