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Época de elecciones es entender tiempos de promesas en las que todo vale por un voto...
00:03 viernes 8 diciembre, 2023
Colaboradores
Época de elecciones es entender tiempos de promesas en las que todo vale por un voto, el futuro Dios dirá… no es extraño usar políticas de portada para acaparar titulares que reconozcan falsos Mesías en un ambiente sanguinario con hechos carentes de ingenuidad.
Vaya manera de iniciar la columna semanal (prometo no defraudar), destapar ideas y razonar políticas, es una obligación que ubica, para lo bueno y malo, planteamientos populistas que bastante daño han hecho a un México cansado de tanto circo.
¿Qué misterios encierra la propuesta del salario mínimo en nuestro país? ¿Acaso es un camino plagado de certezas o más bien un universo de posibilidades infinitas donde cada decisión desencadena múltiples reacciones? Como analista, me adentro en este enigma con la certeza de que, en el mundo de los números, la incertidumbre es la única constante. Nadie estará en contra de aumentar el salario, que la gente gane más es una situación de empatía y solidaridad, aun cuando el mínimo se empareje a una inflación que haga estragos en cada economía familiar.
Se dice que aumentar el salario puede ser la raíz del mal para el empleo, un argumento que parece tener lógica a simple vista. Pero, ¿cómo se explica entonces que en los últimos años, a pesar de los aumentos, la tasa de desempleo se encuentre en su nivel más bajo en décadas? Los números parecen desafiar esta creencia arraigada, tejiendo una trama compleja que desafía nuestras expectativas. Delcampo a la ciudad, la economía informal y el empleo no formalizado parecen jugar en otras canchas, otras reglas, otros datos…
La sombra de la informalidad siempre acecha, pero incluso con incrementos notables en el salario mínimo, esta bestia no ha crecido, ¡sino que ha menguado!. Prepárese para escuchar argumentos de todo tipo en los que se asusta a las pequeñas empresas con un posible colapso ante estos aumentos, pero ¿y si esto fuese el paso inicial hacia un cambio deseado? ¿Qué pasaría si este movimiento fuese el catalizador para un reajuste, impulsando a las empresas menos productivas hacia un reino de mayor eficiencia?
La respuesta podría estar en desenredar la madeja de la informalidad y promover condiciones propicias para la transformación… ( se vale soñar). Las teorías tradicionales señalan que aumentar el salario mínimo en entornos laborales puede ser catastrófico, pero ¿y si el mercado no fuese tan competitivo como creemos? Las fallas en este tejido económico podrían revelar que, en realidad, un salario más alto generaría un equilibrio más armónico, contrarrestando la supuesta debacle del desempleo. La contraparte, aumentar salarios, es inyectar capital y con ello… subirán los precios.
En este mundo de incertidumbre económica, los caminos se bifurcan, las teorías se desdibujan y las certezas se desvanecen en el aire. Quizás la verdadera sabiduría económica radique en aceptar la incertidumbre como un desafío constante y, en esa inestabilidad, buscar respuestas que desafíen lo que damos por sentado. ¿Estaría dispuesto a ganar menos ajustando sus actividades en horario y lugar?
Un home office efectivo o una menor temporalidad laboral que ajusten los costos de desplazamiento, estancia, etc. Ganar menos para hacer más, irónico en un México que se olvidó de la pandemia y nos regresa nuevamente al politiqueo cansino y al manoseo de un salario.
Hoy el salario mínimo es un tema delicado que, desde la lógica y solidaridad que se debe tener con el trabajador, no da lugar al debate. Desde la parte empresarial, representa un ajuste en cada variable para ofrecer el producto o servicio a un mayor valor al absorber los enfoques. Círculo de situaciones que nos llevan a un mismo lugar, la falta de avances y las políticas erróneas que prometen mejor poder adquisitivo imposible de lograr.
¿Qué propongo? Si usted ha llegado hasta aquí, seguramente estamos en la misma posición, entendemos la situación y buscamos una salida viable. ( No añadamos más ingredientes, hablar de inteligencia artificial, robotización, automatización y otros temas será, sin opción a negar el avance, un panorama mucho más sombrío para el empleo ).
Políticas fiscales, condonación tributaria inicial, deducción a la empleabilidad o a los porcentajes de ingreso, representan estímulos que, lea bien esto, NO EXISTEN EN EL PAÍS. Si subir el salario mínimo es la propuesta para erradicar la pobreza, esta crecerá aún más en un México carente de lectura, con un socialismo mal interpretado en el que los que tributamos entendemos que nuestro dinero no alcanza para poder tener un mejor país.
La falta de un programa fiscal sólido no solo se traduce en una lenta recuperación del PIB, sino que también plantea serias dudas sobre la reactivación del mercado laboral. Los estímulos fiscales adecuados no solo impulsan la actividad económica, sino que también generan oportunidades de empleo significativas. El salario se disipa convirtiéndose en un factor poco relevante para la evolución económica nacional.
¿Estoy a favor del aumento salarial? SI, aunque para su efectividad debe ir acompañado de estrategia, mucha estrategia. Si el aumento es el arma populista para mandar un falso mensaje de apoyo y crecimiento, perdóneme, estamos ante un engaña-bobos.
Columnista en #Globalmedia desde el 2018
Escribe sobre economía y política nacional e internacional.
Economista, Doctor en Adminstración con experiencia en Mercados Financieros.