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Conforme avanzan las semanas y no toma una decisión, se debilita. Sus bonos caen...
00:03 lunes 25 septiembre, 2023
ColaboradoresMarcelo Ebrard se metió, sin ayuda de nadie, en un callejón sin salida. Dijo tantas veces, durante tantos años, que no se iría de Morena, que hacerlo luego de su derrota en el proceso internó que ganó Claudia Sheinbaum, lo dejaría como lo que hasta el cansancio repitió que no sería: un traidor. Pero quedarse, después del maltrato, y tras ser desoídas sus críticas al proceso, sería tanto como convertirse en un cero a la izquierda. Ebrard tiene un margen de maniobra reducido. Y conforme avanzan las semanas y en lugar de tomar una decisión definitiva, la aplaza, se achica todavía más. Y él se debilita. Sus bonos caen dentro y fuera de la 4T. Se vuelve poco atractivo para el mercado electoral. La tibieza le pasa costo. Ni rompe, ni se queda. Lanza la papa caliente a Morena, para que decida sobre su inconformidad, cuando en el partido ya están en otra cosa.
No solo los dirigentes morenistas han dicho que el proceso en el que obtuvo el triunfo Sheinbaum fue “ejemplar”, y la exjefa de gobierno recibió el Bastón de mando –con todo y el reconocimiento presidencial- y hasta su constancia como ganadora, sino que inició la conformación de su equipo de campaña –que incluye a Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña- y los recorridos de campaña por el país. Marcelo no parece darse por enterado. Él va lento, en la cuerda floja. No termina de hacer maletas, y apenas el pasado lunes anunció “la creación de una Asociación civil”. Dos semanas han pasado de aquel 6 de septiembre en el que se anunció a Sheinbaum como la ganadora, y Ebrard apenas ha logrado articular la creación de una asociación. “Le recuerdo a Mario Delgado que Morena no ha resuelto la impugnación que presentamos por serias irregularidades en la encuesta, la respuesta será decisiva para nosotros. Veo que no ha entendido lo que sucede”, escribió ayer en twitter. En realidad, tanto Delgado, presidente del partido, como Alfonso Durazo, presidente del consejo nacional, han sido enfáticos: el proceso ya terminó y fue “transparente”, “democrático”, “ejemplar” e “incontrovertible”. Ahí está la respuesta que Ebrard espera. La pregunta es, ¿qué más necesita escuchar Marcelo para tomar una decisión? Sigue titubeando. Cada día que pasa pierde más fuerza su siguiente jugada. -Off the record
Y luego están las fisuras internas. Se han hecho del control Martha Delgado y Malú Micher, y quienes no se pliegan a sus decisiones, quedan apestados. Colaboradores de primera línea de Ebrard durante su paso por la Cancillería, por ejemplo, ya están entre los damnificados. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN