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#ESNOTICIA
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Digo lo de desconcertante porque Saskia, en esta ocasión al menos, parece inmune a la enseñanza más importantes que ha dejado su trabajo
00:10 lunes 1 septiembre, 2025
ColaboradoresHace un par de días, Saskia Niño de Rivera dejó caer una sentencia por lo menos desconcertante contra Lilly Téllez, una sentencia de esas con valor universal que solo pueden permitirse los privilegiados que están libres de los demonios de la duda: “No puedes decir que tú tienes “la verdad” cuando eres una mujer de extrema derecha –le espetó a la senadora–. Tienes un fanatismo conservador y como cualquier fanatismo carece de objetividad, distorsiona la percepción de la realidad y es terreno fértil para la manipulación política”.
Digo lo de desconcertante porque Saskia, en esta ocasión al menos, parece inmune a la enseñanza más importantes que ha dejado su trabajo. Conocida por sus largas conversaciones con criminales responsables de las peores atrocidades, Niño de Rivera ha apostado con decisión a una de las manifestaciones más polémicas del humanismo, que es encontrar la luz –si me permiten la imagen gastada y cursi– incluso en los espíritus más degradados, en el entendido de que la luz incluye eso que luego llamamos “la verdad”.
En efecto, hasta en las personas más infames se asoma tal vez no “la verdad”, pero sin duda verdades, así, en plural, de vez en cuando. Bien está recordarlo. Bueno, pues lo que Saskia se empeña en descubrir en sicarios compulsivos de mirada muerta, violadores o secuestradores, no logra encontrarlo en una mujer cuyos únicos pecados son cuestionar al oficialismo y no coincidir con sus posiciones políticas.
Es una obviedad, pero si algo deberíamos aprender del sexenio pasado, un ejercicio cotidiano de descalificación “ad hominem” en el que nada llegado de la oposición podía tener el menor valor, es que “la verdad” no depende de la persona que la manifiesta; que ninguna conversación civilizada puede partir de una premisa que no sea esta.
De Lilly Téllez puedes opinar lo que quieras –por supuesto, no comparto lo que dice Saskia–, pero es difícil negar que tiene razón cuando clama contra el hecho de que Adán Augusto López siga tan tranquilo y no investigado en su asiento de la cámara alta, cuando puso a un criminal a cargo de la seguridad pública de Tabasco, o contra los modales inadmisibles de Noroña.
Igualmente, del otro lado del espejo, puedes y debes criticar el radicalismo de Lilia Aguilar, con sus llamados a perseguir a Lilly por “traición a la patria”, pasen ustedes a hacer el favor, y sin embargo aplaudir su decisión de enfrentarse a Cuauhtémoc Blanco, o considerar aberrante la violencia verbal del referido Noroña, particularmente contra las mujeres de la bancada opositora, y sin embargo entender que lo de llamar “cretino” a Rutilio Escandón… Bueno, ya me explico.
Hay un requisito, claro. Evitar el fanatismo. Es decir, no perder la objetividad y no permitir que se distorsione tu percepción de la realidad.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09