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La Comisión Atlética de Nevada designó a un veterano de la industria para guiar la pelea del sábado en el Allegiant tadium
13:01 miércoles 10 septiembre, 2025
Deporte Nacional e InternacionalLa semana más importante del boxeo está sobre nosotros. El 13 de septiembre, en el Allegiant Stadium de Las Vegas, el mundo pondrá la mirada en Saúl 'Canelo' Álvarez y Terence Crawford, dos nombres que definen generaciones. El mexicano sube al ring como campeón absoluto de los supermedianos; el estadunidense escala dos divisiones para intentar una hazaña que marcaría su legado. Pero en medio del ruido mediático, la llegada de las celebridades y la transmisión histórica por Netflix, hay un personaje silencioso que también carga con un peso decisivo: Tom Taylor, el réferi. Los antiguos narradores lo llamaban “el tercero sobre la superficie”, ese hombre vestido de camisa azul que no lanza golpes, pero sí puede cambiar la historia con una sola decisión. Su nombre no aparecerá en las marquesinas, pero el sábado, cada vez que los púgiles se acerquen al límite de la legalidad, será su voz y su criterio el que defina si la pelea fluye o se detiene. La designación de la Comisión Atlética La Comisión Atlética de Nevada, organismo que regula el boxeo en el estado que se ha convertido en la meca de los grandes combates, anunció oficialmente los nombres de quienes impartirán justicia en la velada más taquillera del año. Tom Taylor será el árbitro principal, con un salario de 25 mil dólares por la noche. A su alrededor estarán tres jueces con experiencia: Tim Cheatham, Max Deluca y Steve Weisfeld, cada uno con un pago de 20 mil dólares. En total, los oficiales sumarán 85 mil dólares, una cifra que, aunque suene elevada, es simbólica frente a los cientos de millones que se generarán en boletaje, derechos de transmisión y patrocinios. De acuerdo con las estadísticas y registros de BoxRec, Weisfeld, de Nueva Jersey, es el miembro de la tercia de jueces con más experiencia. Ha estado en 3,156 peleas. Le sigue en experiencia De Luca, de California, quien ha juzgado 1926 combates desde el ringside. Cheatham, de Nevada, ha juzgado 686 combates. Un réferi con experiencia mundialista Taylor no es un improvisado. Su nombre se repite en las carteleras de alto nivel en Las Vegas y en otros escenarios internacionales. En su historial figura haber trabajos en peleas de campeonato mundial, incluido el reciente duelo entre Manny Pacquiao y Mario Barrios. Esa reputación lo convierte en una figura confiable para un evento de esta magnitud. En noches donde un punto, un descuido o un conteo lento pueden desatar polémicas globales, los promotores y la Comisión necesitan alguien que combine temple, criterio y reflejos. Taylor, de 65 años, cumple con esas credenciales. Cheatham, Deluca y Weisfeld son nombres familiares para los aficionados que siguen los grandes combates en Nevada. Se trata de jueces que, con décadas de experiencia acumulada, han estado presentes en peleas difíciles de definir. Su labor, aunque muchas veces criticada, es esencial. En un deporte donde un combate cerrado puede depender de la lectura subjetiva de la acción, ellos son quienes, libreta en mano, definen si un peleador asegura su legado o queda atrapado en la controversia. En la historia reciente, sus tarjetas han sido objeto de debates en prensa y redes sociales, pero su permanencia en las funciones más importantes refleja la confianza que la Comisión mantiene en su profesionalismo. El poder silencioso en una industria millonaria El boxeo en Nevada no es sólo deporte: es una industria que mueve más de mil millones de dólares anuales entre turismo, casinos, boletos, apuestas y derechos de transmisión. En ese engranaje, los oficiales son piezas pequeñas en lo económico, pero gigantes en lo simbólico. Un mal conteo puede desatar demandas, un fallo polémico puede enturbiar la reputación de una promotora, y un exceso de permisividad puede terminar en un accidente sobre el ring. Por eso, aunque los reflectores se los lleven Canelo y Crawford, la figura de Tom Taylor adquiere relevancia. Su trabajo consiste en ser invisible. FUENTE EXCELSIOR