El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó la muerte de los 38 migrantes durante el incendio al interior de la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua.  A través de su portavoz, el funcionario de Naciones Unidas pidió a las autoridades mexicanas llevar a cabo una investigación exhaustiva para establecer las causas del siniestro. “El secretario general transmite su más sentido pésame a las familias y seres queridos de los fallecidos y desea una pronta recuperación a los heridos. “El secretario general insta a que se lleve a cabo una investigación exhaustiva de este trágico suceso y reitera su compromiso de seguir trabajando con las autoridades de los países en los que se producen movimientos mixtos de personas para establecer vías de migración más seguras, reguladas y organizadas”. El hecho ha causado conmoción a nivel internacional, particularmente en las naciones de Centro y Sudamérica de donde provenían los migrantes que perdieron la vida tras un intento de motín. El gobierno de Guatemala ha confirmado que al menos 28 de los fallecidos tienen esta nacionalidad. “Ante la lamentable tragedia ocurrida en Chihuahua, México, instruí inmediatamente al @MinexGT brindar la asistencia consular necesaria a las familias de las víctimas guatemaltecas.  “Desde el @GuatemalaGob continuamos trabajando incansablemente por el desarrollo de nuestro país”, señaló el presidente Alejandro Giammattei. Ken se solidariza con los familiares

El embajador de EU dijo que tragedia es un recordatorio de la importancia de componer un sistema de migración quebrado. El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, lamentó la muerte de al menos 38 migrantes, luego del incendio ocurrido en el interior de la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua.  “Nos unimos al dolor de los familiares de personas migrantes que perdieron la vida y de lesionados en incendio en Ciudad Juárez. Es un recordatorio a los gobiernos de la región de la importancia de componer un sistema de migración quebrado y los riesgos de la migración irregular”, informó el funcionario estadunidense. Luego del incendio, el INM informó que dio parte a las autoridades para deslindar responsabilidades sobre las causas que originaron la tragedia. En esta sede migratoria, ubicada en el Puente Internacional Stanton-Lerdo se encontraban alojados 68 hombres mayores de edad originarios de Centro y Sudamérica. De ellos, 29 resultaron lesionadas por el siniestro y fueron trasladadas en estado delicado-grave a cuatro hospitales de la localidad para su atención inmediata.  EU ofrece a México ayudar en pesquisas

El Departamento de Estado de EU informó ayer que la administración del presidente Joe Biden puede proporcionar ayuda para investigar el incendio que causó la muerte de 38 migrantes de un centro de detenciones del INM en Ciudad Juárez la noche del lunes. “Las autoridades mexicanas investigan las causas de esta tragedia y nosotros permanecemos listos para proporcionar cualquier asistencia que puedan solicitar”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Pat. Patel dijo que deseaba expresar “mis profundas condolencias a los familiares de quienes perdieron la vida en el trágico incendio en el centro de detenciones en Ciudad Juárez”. Dijo que el incendio es “un lamentable recordatorio de los riesgos que los migrantes y refugiados enfrentan alrededor del mundo”. Mientras tanto, en El Paso, Texas, se divulgó el testimonio de una migrante venezolana que aseguró que los oficiales del INM evitaron abrir las puertas del centro de detenciones. Viangly Infante Padrón dijo a la prensa que la noche del martes acudió al centro de detenciones alrededor de las 9:30 horas locales a ver a su esposo, Eduard Carabello, porque el INM le avisó que lo iban a liberar para que ambos mantuvieran la unidad familiar, pero momentos después de haber llegado comenzó a notar que salía humo. Luego, sobrevino la tragedia. “Somos migrantes, no mafiosos ni ladrones”

“No somos perros”, repite el venezolano Abel Maldonado antes de ir a una morgue con la esperanza de que su hermano haya salido con vida del incendio que mató a 38 personas en un centro del INM en Ciudad Juárez. Se lo dijo ayer al personal de seguridad de la estación migratoria cuando fue a averiguar por Orlando, de 22 años, sin obtener información. Y lo repite en cada frase para pedir un trato “humano y justo” de las autoridades en Ciudad Juárez, adonde llegó hace 11 días junto con su esposa, dos hijos, de dos y cuatro años, y con Orlando, a bordo de La Bestia. “Es mi familia, no es un perro que está allá adentro. Somos migrantes, no somos ladrones, mafiosos, nada de eso. Sólo queremos trabajar, una mejor vida para nuestras familias”, expresó Abel a uno de los custodios de la estación migratoria, que lucía desolada. Casi 17 horas después de la tragedia, este albañil, de 29 años, seguía sin saber si su hermano murió o se cuenta entre los 29 heridos, algunos de gravedad. “¡Justicia!”, gritaban familiares a las afueras de la estación. Tras enterarse de la muerte de un amigo, Abel decidió ir hasta el Semefo de Ciudad Juárez, buscando poner fin a la incertidumbre. “Ahorita voy hacia la morgue a buscarlo, ya encontraron a un amigo. Con dolor y todo pa’ salir de esto. No es justo perder la vida así”, declaró con la voz quebrada y enfundado en un saco gris de capucha.  “Engañados” 

Al cierre de esta edición, el gobierno de Guatemala había confirmado la muerte de 28 de sus nacionales; el de Ecuador anunció un fallecido. En tanto, la FGR reportó que entre “los migrantes identificados” también hay 13 hondureños, 12 venezolanos, 12 salvadoreños y un colombiano, sin diferenciar entre muertos y lesionados. Según Abel, él y su hermano fueron llevados el lunes a la estación por agentes que les prometieron un permiso de trabajo, que anhelan con fervor porque les permitiría estar legalmente en México mientras gestionan una solicitud de asilo en Estados Unidos. “Pero nos trajeron engañados”, asegura el hombre, con la piel curtida tras siete meses de viaje desde Venezuela, mientras exhibe un documento de permanencia de 30 días que define como un “papel de abandono”. Debido a que estaba con su esposa e hijos, Abel fue dejado libre, mientras Orlando quedó retenido bajo el argumento de que no era parte del núcleo familiar. “Me despedí con el corazón roto porque lo iba a dejar. Hay un calabozo enfrente de las oficinas, ahí metieron a mi hermano ayer (lunes). Tenía candado, es como una cárcel”, relata.  Hostilidad

Abel atestiguó que la hostilidad contra los migrantes en Ciudad Juárez ha crecido a medida que se instalan en las calles para limpiar vidrios de carros a cambio de una moneda, vender chucherías o pedir ayuda para comprar comida. El alcalde Cruz Pérez Cuéllar negó ayer que las autoridades hayan lanzado redadas contra migrantes que luego terminaron calcinados. Con información de Excelsior,