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La Cuarta llegó a la UNAM de la mano de Leonardo Lomelí
00:10 domingo 5 octubre, 2025
ColaboradoresLa Cuarta llegó a la UNAM de la mano de Leonardo Lomelí. No le hizo falta a Morena ni a su líder supremo imponer un rector a modo. Él solito se cuadró con los “tiempos estelares” que vive “la historia patria” que desde 2018 cacarean y festejan los integrados al régimen. Desde su asunción como rector de la llamada “máxima casa de estudios”, en noviembre de 2023, Lomelí y su Consejo Universitario se han empeñado en conducir a la institución hacia esa utopía morenista de eliminar las desigualdades en detrimento de la competitividad, la calidad educativa, la meritocracia y hasta la seguridad. No se han combatido el narcomenudeo ni el vandalismo en los campus y planteles. Al contrario, los vendedores de drogas siguen operando a sus anchas, principalmente en Ciudad Universitaria, y los actos vandálicos casi se han reivindicado como derecho. Y es que al Consejo Universitario le tembló la mano para mantenerse firme en modificaciones al Reglamento del Tribunal Universitario, para sancionar con expulsión a cualquier integrante de la comunidad que incurriera en actos vandálicos o en narcomenudeo. El 1 de abril se aprobó, en el máximo órgano colegiado de decisión en la universidad, el artículo 15 del ordenamiento, que incluía dicha penalización. Pero bastó que se movilizara un puñado de alumnos para que el 25 de agosto pasado el Consejo metiera reversa y lo derogara. Optaron, por repartir abrazos y no expulsiones a vándalos y narcomenudistas. “La Comisión de Legislación Universitaria recomendó su eliminación luego de revisarlo, a solicitud del presidente del CU, el rector Leonardo Lomelí Vanegas, con el propósito de precisar sus alcances para evitar cualquier posibilidad de malinterpretación respecto a una posible afectación a las libertades de expresión, asociación y manifestación, así como el derecho a la protesta atendiendo a la inquietud manifestada por diversos sectores de la comunidad”, justificó la UNAM. Pero como sigue la transformación, la universidad ahora va a becar a estudiantes que aprueban de panzazo o que deban materias (fósiles), aunque para ser honestos no cobrarles un solo peso por su instrucción académica, que se paga con los impuestos de los mexicanos, es ya una magnífica beca. El pasado 22 de septiembre se abrió el registro para solicitar apoyo económico para el periodo 2026-1, a través de la “Beca para Disminuir el Bajo Rendimiento Académico”. Los requisitos son: ser mexicano, estar inscritos a partir del segundo año o semestre en algún plantel de licenciatura, promedio general entre 6.0 y 7.99 y “con hasta un máximo de diez asignaturas adeudadas”, y provenir de hogares cuyo ingreso sea igual o menor a 9 salarios mínimos mensuales. El monto de la beca es de 2,500 pesos que se entregarán en una sola exhibición. Así que no es de extrañar que la UNAM cayó en la gestión de Lomelí 42 lugares en el QS World University Ranking 2026, el índice más importante en materia de educación superior a nivel internacional. El ranking, que se dio a conocer en junio de este año, colocó a la UNAM en el lugar 136; en los dos años previos estuvo en el 94 y en el 93, es decir, en el top 100 de las mejores universidades del mundo. Eso sí, la casa de estudios se mantuvo como la mejor de México, y segunda de América Latina; o sea, como la Selección Nacional en la Concacaf. Y con ese empuje cuatritransformador de Lomelí y compañía, la UNAM va directo y sin escalas a parecerse más a un campus de las Benito Juárez o las Rosario Castellanos, y menos a ese pilar nacional cuyo espíritu hablaba por la raza. POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
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