Vínculo copiado
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aparece también en la parte trasera del grupo, aunque por su estatura física es plenamente visible
00:10 domingo 28 septiembre, 2025
ColaboradoresUna fotografía de grupo de la reciente reunión México Canadá, parece reflejar una alegoría de la Secretaría de Relaciones Exteriores y su actual papel.
En la gráfica, la presidenta Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá Mark Carney aparecen en primer plano acompañados de una plétora de funcionarios de ambos países, especialmente mujeres. En un segundo plano, con el rostro apenas visible entre Carney y otro personaje, aunque en un punto central, aparece el secretario Juan Ramón de La Fuente. Más alejado, a un lado del grupo, el encargado de América del Norte, Roberto Velasco.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aparece también en la parte trasera del grupo, aunque por su estatura física es plenamente visible.
Habría dos interpretaciones: la primera, que el canciller está tan seguro de su influencia y la de la Secretaría en la toma de decisiones de política exterior de México, que no necesita aparecer en un primer plano y puede ser discreto respecto a su imagen y la de la SRE. En alguna medida, las encomiendas de seguimiento de los acuerdos con Canadá parecerían subrayar esa opinión.
La segunda interpretación, favorecida por sus críticos, es que ese segundo plano es real, que la Secretaría de Relaciones Exteriores estaría en el asiento trasero en el manejo de algunas de las relaciones internacionales más importantes de México, especialmente en lo que se refiere a América del Norte y muy en concreto Estados Unidos.
Pero el problema de percepción política va más allá.
El lunes, en una conferencia de prensa de la mañanera, el canciller de la Fuente subrayó el beneficio económico que el reciente sorteo especial de la Lotería Nacional arrojó y que será dedicado a respaldar acciones de apoyo a los migrantes mexicanos: 115.9 millones de pesos, unos seis millones de dólares, una suma ojalá suficiente para sus fines declarados.
Sólo en Estados Unidos hay 50 consulados encargados de velar por los intereses y la situación de los mexicanos en ese país: alrededor de 11 millones, de los cuales tal vez cuatro y medio millones sean indocumentados y sujetos ahora a las políticas de deportación del gobierno estadounidense.
En términos aritméticos ese presupuesto implicaría unos 120 mil dólares anuales por oficina consular, pero, aunque todos los consulados enfrentan problemas similares de atención, hay diferencia en los volúmenes y hay algunos, como los de Brownsville, Detroit, Filadelfia, Indianápolis, Kansas City, Miami, New Brunswick, Nueva Orléans, Omaha, Presidio y San Bernardino, mencionados con mayores niveles de urgencia.
A cambio, el presupuesto de la Secretaría se redujo en casi 500 millones de pesos, a 9,294.2 mil millones, para agudizar sus otros problemas: salarios que no han mejorado en casi 25 años, problemas en traslados, y el creciente lastre de nombramientos políticos que algunas afortunadas excepciones hacen más evidente.
Cierto: no es culpa directa del actual titular o el gobierno al que sirve. Pero si su responsabilidad.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE