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La semana pasada, Trump formalmente les declaró la guerra y notificó al Capitolio que usará la fuerza letal del Departamento de Guerra
00:01 martes 7 octubre, 2025
ColaboradoresWashington.- Frente a la derrota de la DEA en su guerra contra las drogas y ante la imparable demanda y adicción a los narcóticos de una parte significativa de la población estadounidense, Donald Trump decide hacerla suya poniendo al Pentágono al frente de la batalla.
Los amagos del mandatario estadounidense de militarizar la estrategia para eliminar o diezmar a los que llama cárteles terroristas del narcotráfico se hace realidad. La semana pasada, Trump formalmente les declaró la guerra y notificó al Capitolio que usará la fuerza letal del Departamento de Guerra para pulverizarlos.
Todo indica que esto no es una fanfarronada de Trump.
No llevaba ni 48 horas de añeja la declaratoria de guerra cuando Pete Hegseth, su Secretario de Guerra, anunció el asesinato de cuatro presuntos narcoterroristas en los linderos de las costas de Venezuela.
Sin pruebas de nada, Hegseth se limitó a informar que con la “inteligencia” del Pentágono se ubicó a un navío con los cuatro narcoterroristas que llevaban drogas dirigidas a Estados Unidos y eso les costó la vida. El Comando Sur tranquilamente los ejecutó.
Este fue el incidente número cuatro con el que Trump les manda un mensaje aterrador y de muerte a los cárteles terroristas del narcotráfico.
Antes, y en menos de un mes, bajo sus órdenes, el Comando Sur -también en aguas del Caribe-, había aniquilado a otros 17 presuntos narcoterroristas y a tres embarcaciones que sin mostrar las evidencias, aseguró, pertenecían al cártel Tren de Aragua, procedentes de Venezuela.
“Por el efecto acumulativo de estos actos hostiles contra la ciudadanía y los intereses de Estados Unidos y naciones amigas, el presidente determinó que Estados Unidos está bajo un conflicto armado internacional con estas organizaciones designadas como terroristas”, se lee en una parte de la notificación que la Casa Blanca dio al Capitolio.
Trump lo venía diciendo; atacaría al narcotráfico por aire, tierra y mar.
El mensaje de muerte es para todos, incluidos los narcos mexicanos: el Cártel de Jalisco Nueva Generación, de Sinaloa, del Noreste, Nueva Familia Michoacana, del Golfo y Cárteles Unidos.
En la frontera sur de Estados Unidos que colinda con la del norte de México, Trump tiene desplegados a unos 10 mil soldados dirigidos por el Comando Norte. Sobre las aguas del Golfo de México y del Pacífico navegan buques de guerra del Pentágono dispuestos al ataque.
Sobre la orografía Mexicana sobrevuelan aviones espías y drones del Departamento de Guerra con la venia de la presidenta Sheinbaum.
Si tiene o no el derecho internacional y la bendición constitucional de su país para matar a narcoterroristas mexicanos y de cualquier otro país, es harina de otro costal. La realidad es que el plan de ataque del Pentágono para destruir a los seis cárteles terroristas de México y ejecutar a sus ejércitos de narcos, ya está montado a la espera de la orden de Trump.
Con el Acta de Guerra que invocó el presidente de Estados Unidos para notificar, no pedir permiso al Capitolio para matar a los narcotraficantes que derrotaron a la DEA, él interpreta que el simple intento de meter drogas a su país por aire, mar y tierra es como si les dispararan misiles. Los narcóticos contribuyen al asesinato por sobredosis de unas 300 personas todos los días en Estados Unidos.
Pobres de sus ciudadanos, no pueden con su debilidad y adicción a todo tipo de enervantes pero de esto, nada. Trump los justifica y victimiza para culpar a otros de este pecado crónico incrustado en sus gringos.
Nada se puede garantizar ni dar por descontado con Trump.
Se ve difícil que si decide matar a narcos mexicanos lo haga en México. Sin embargo, de esto emana otra vertiente: que si el Comando Norte descubre a narcos mexicanos con cargamentos de droga sobre la zona limítrofe del sur de su país, los aniquile en caliente. En su explicación al Capitolio, Trump antepone que las drogas son armas de guerra y tiene la obligación de responder con todo al ataque de los narcoterroristas.
Los narcos y cárteles gringos dentro del marco legal de la ley antiterrorista de su país, por asociación con los seis cárteles de México, en automático, quedan codificados como terroristas internacionales.
Este punto tiene y debe ser el Talón de Aquiles de Trump en pleito y discusión global o bilateral para que los países le refuten su hipocresía.
POR J. JESÚS ESQUIVEL
COLABORADOR
@JJESUSESQUIVEL