Varios empresarios me han comentado las presiones que reciben de los gobiernos de México y EU para evitar comprar equipo a aquel país La ambigüedad constante que México sostiene con China en su relación económica es de tal magnitud, que es previsible que pronto surjan inquietudes en diferentes industrias y órganos de gobierno. Esta es la conclusión a la que se puede llegar tras observar lo que está ocurriendo en ámbitos tan diversos como la industria de las telecomunicaciones o el sector automotor. Hace unos días, en Davos, lo pude confirmar: uno de los personajes más renombrados en América Latina señaló en una cena privada con líderes de la región que, durante su última reunión personal con el presidente Andrés Manuel López Obrador —a quien visita regularmente—, éste le dijo que no quiere saber nada de China y, que cualquier propuesta, solución o alternativa financiera para México tiene que excluir a ese país. Se trató de una declaración privada muy fuerte. No es lo único. En el sector de tecnología varios empresarios me han comentado las presiones que reciben de los gobiernos de México y Estados Unidos para evitar comprar equipo a aquel país. Incluso un empresario reclamó al embajador Ken Salazar por esa presión, mientras existen decenas de miles de estudiantes chinos que son entrenados en universidades estadounidenses, transfiriéndoles ciencia, metodología y estructura tecnológica. No es lógico que a las empresas en México les obligan a evitar el contacto con proveedores chinos (que, por cierto, venden más barato). El Embajador no supo cómo responder. A pesar de lo anterior hay avances notorios en otros ámbitos. En Davos se habló de la gigantesca cantidad de vehículos eléctricos que está produciendo China y enviando a todo el mundo. De hecho, el fin de semana la empresa Omoda dijo que en 2023 exportó 147 mil vehículos y que, tan solo en diciembre, el crecimiento de la exportación fue de 12.6 por ciento. A su vez, Chirey publicó un resumen reciente del ritmo al que se venden los vehículos eléctricos: mientras en todo el mundo se vendieron 2.86 millones de vehículos eléctricos en 2020; esa cifra ya había llegado a 10.31 millones en 2022; y, tan solo en los primeros tres trimestres de 2023 la cifra ya era de 7.74 millones, de los cuales la inmensa mayoría era de origen chino. Chirey dijo que la cifra final de EVs en 2023 fue cercana los 15 millones. La llegada de vehículos chinos a México no para. La comercializadora Shanghai Auto Assembly Group, que preside Pedro Ignacio Dabdoub, anunció el fin de semana la llegada a México de dos marcas de vehículos más: Bestune y JIM, para “revolucionar el mercado automotriz y su servicio”. Y así estamos en México, sin darle luz verde a la Franja y la Ruta, pero importando cuanto vehículo chino pueda bajarnos el costo del transporte cotidiano. RAPPI

El nuevo director general de Rappi México será Iván Cadavid, en sustitución de Teresa Gutiérrez. POR: CARLOS MOTA

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