Se sentaba el niño Juan Escobar a recibir cátedra en el televisor. Veía los partidos del Bayern Múnich que tenía de ariete al paraguayo Roque Santa Cruz. Al acabar la transmisión salía a la calle a jugar diciendo que yo era Roque”, adelanta el defensor de Cruz Azul, que anda entre nubes tras marcar un golazo de tijera contra los Pumas. Cuando hay un buen puñado de jóvenes queriendo sobresalir en el futbol, muchas veces no quedan opciones más que la única que da el destino. Quería ser delantero, pero me hicieron defensa”, relata Escobar. Quizá de ahí viene que por las venas traiga algo de atacante. En el torneo actual acumula cuatro anotaciones. Mis padres se acuerdan mucho de cuando decía que era como Roque Santa Cruz. Gracias a Dios tuve la oportunidad de jugar contra él cuando estuvo en Olimpia y yo en Sportivo Luqueño y fue bonito enfrentar al ídolo”. Curiosamente fue un año después de que Roque Santa Cruz abandonara a La Máquina tras un penoso semestre en el que apenas hizo cuatro goles. Hoy en día, Juan Escobar con Cruz Azul suma 13 tantos en tres años. Con Cruz Azul siente que ha esparcido una semilla en el club y por eso se identificó con los colores, por encima del título tan anhelado para la institución en el 2021 del que fue parte. Por cómo van las cosas me siento ya cruzazulino desde la cuna”, lanza como dardo. Un amor comparable con el que tuvo en sus inicios como futbolista cuando representó al Sportivo Luqueño. Nací en Villa Lisa y me fui a Luque con un club como Sportivo, que es grande en Paraguay y al que la gente de la región apoya de corazón. De ahí salí por la puerta grande, aunque lastimosamente no pude ganar un campeonato como ya lo conseguí en México”. En su mejor versión desde que llegó a Cruz Azul, Escobar lo único que quiere es seguir anotando. EXCELSIOR