Andrés Manuel López Obrador, fiel a su estilo de rehuir cualquier conversación que lo saque de su zona de confort, ha decidido no reunirse con Javier Milei durante su próxima visita a México. ¡Qué sorpresa!

Parece que el presidente mexicano prefiere mantenerse a salvo en su burbuja de discursos cansados y populismo desfasado, antes que enfrentarse a alguien que le hable sin pelos en la lengua y con una claridad que deja en ridículo a sus vacíos monólogos mañaneros. Milei, el hombre que ha puesto de cabeza la política argentina, no tiene tiempo para las tonterías diplomáticas de un líder que, seamos sinceros, solo ha perfeccionado el arte de la autocomplacencia.

Mientras López Obrador presume de ser el adalid de las libertades en un país donde la inseguridad, la pobreza y la corrupción siguen campando a sus anchas, Milei recorre el mundo defendiendo la libertad de verdad, la que incomoda, la que asusta a los mediocres… ¡Viva la LIBERTAD, CARAJO! El despeinado sin presunción de casta, con discursos apolíticos e ideas inspiradoras, no tiene espacio entre gente de 4ta, así de sencillo.

Es curioso que AMLO, quien siempre está dispuesto a recibir a cualquier dictadorzuelo de izquierda, se ponga exquisito cuando le toca codearse con alguien que no baila al son de la misma vieja canción socialista. Enfrentarse a Milei significaría tener que defender sus políticas con argumentos de verdad, no con las mismas frases vacías que repite cada mañana como un disco rayado. El tiempo pone siempre las cosas en su justo lugar, Argentina ha logrado control inflacionario, el PIB empieza a capitalizar y supera a México en atracción de inversión, algo imposible de creer y que manifiesta lo productivo que resulta pasar la barrera del miedo y la mediocridad.

Los críticos de Milei insisten en señalar sus viajes al extranjero, como si recorrer el mundo defendiendo la libertad fuera un crimen. Lo que no dicen es que mientras Milei está ocupado creando alianzas y sembrando ideas de progreso, López Obrador sigue atrapado en su discurso anacrónico, rechazando asistencias a foros y encuentros en los que quedaría en evidencia. Mientras Milei cierra Davos con un discurso para la eternidad, nuestro presidente se conforma con foros mañaneros llenos de circo.

En lugar de aprovechar la visita de Milei para un diálogo que podría enriquecer la vida política de ambos países, AMLO prefiere quedarse en su zona de confort, mirando desde lejos y lanzando críticas tan insustanciales como su gestión. Está claro, el presidente mexicano prefiere el eco de su propia voz a la posibilidad de un debate real.

Javier Milei no es el tipo de político que se contenta con las sonrisas y los apretones de manos vacíos. Él va directo al grano, y eso es algo que asusta a quienes están acostumbrados a navegar en la superficialidad incapaces de demostrar que la verdadera libertad no se negocia. Y sí, seguirá recorriendo el mundo, irritando a los que se sienten cómodos en la mediocridad, y aplaudido por aquellos que, como él, saben que la grandeza no se alcanza con discursos vacíos, sino con acciones valientes. #GlobalMedia #Economia #México #Milei

SOBRE LA FIRMA

Columnista en #Globalmedia desde el 2018

Escribe sobre economía y política nacional e internacional.

Economista, Doctor en Administración con experiencia en Mercados

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