Las empresas y los comercios de San Luis Potosí, no son lo que más contamina en la zona metropolitana, los generadores de mayor emisión de gases contaminantes son las ladrilleras y los vehículos, reconoció Ramón Ortiz Aguirre consultor ambiental. Haber aprobado un impuesto ecológico, no solo fue un error jurídico, pues la ley “no tiene ni pies ni cabeza”, sino que también es una estrategia fallida, pues ni siquiera se está regulando a las principales fuentes de contaminación. “Este impuesto es una arbitrariedad que se ha establecido aquí en San Luis Potosí, sin ningún fundamento jurídico, sin ningún estudio claro en las plataformas en los que lo han presentados, se los van a empezar a tirar con amparos”. Este impuesto tiene un fin recaudatorio al 100 por ciento “y dicen que van a ser a las descargas de la atmósfera de las empresas ¿Con qué equipo va a poder medir la Segam (Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental) y la Sefin (Secretaría de Finanzas) las emisiones que generan las empresas si no tienen equipo, ni personal capacitado?”. Criticó que ni siquiera se ha podido establecer una red de monitoreo de la calidad del aire en el valle de San Luis Potosí, menos se podría medir de manera eficaz la cantidad de emisiones contaminantes de las empresas.