Sin el precio de la canasta, el anuncio de ayer queda como una medida difusa, y la decisión de los consumidores permanece en un limbo El Paquete para Controlar la Inflación y la Carestía (PACIC), presentado ayer por el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, es una medida adecuada para limitar el ascenso constante de la inflación, toda vez que incidirá positivamente en la oferta de productos, facilitando el comercio, incrementando la productividad del campo, reduciendo la inseguridad en el transporte —y los costos que ello implica—, y desregulando la cadena comercial en materia alimentaria. Esas acciones son una buena idea. Pero el Secretario omitió el elemento más relevante que permitirá decidir a las familias mexicanas sobre la compra de la canasta de 24 productos alimentarios básicos que integran el paquete mínimo de consumo: no comunicó el precio. Esto podría tener una buena justificación: no se llegó a un consenso con los empresarios, porque las leyes de libre mercado siguen rigiendo el intercambio de bienes y servicios en la economía. O puede tener una mala razón: aún no se ponen de acuerdo, pero el gobierno seguirá insistiendo. Sin el precio de la canasta, el anuncio de ayer queda como una medida difusa, y la decisión de los consumidores permanece en un limbo. ¿Cuánto incidirá en la inflación del primer semestre, por ejemplo, la constitución de la reserva estratégica de maíz con un millón de toneladas?; ¿cuál es el arancel promedio al maíz blanco, a la harina de trigo y a la harina de maíz que estaba cobrando el gobierno y que ahora será cero, y qué impacto tendrá esto en la formación de precios de los siguientes meses? Las medidas anunciadas son en su mayoría adecuadas, y debe aplaudirse el esfuerzo de Ramírez de la O para mantener la inflación contenida, aunque esa sea tarea del Banco de México, de Victoria Rodríguez Ceja. Pero sin métricas específicas, ni datos numéricos revelados, resulta nebuloso el resultado que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quiere alcanzar en la materia. Es verdad que es imposible que el gobierno establezca una meta inflacionaria, y ni siquiera le corresponde; pero el secretario dejó la impresión de que esa canasta de alimentos no subirá de precio o lo hará de manera “justa”, sin que los mexicanos sepamos bien a bien a qué atenernos. ¿Habrá una bolsa de papel higiénico producida por Kimberly Clark cuyo empaque austero dirá “Papel Higiénico PACIC”?; ¿el empresario del mar, Antonio Suárez lanzará una lata con diseño simple en donde se leerá “Atún PACIC”?; ¿la empresa Proteína Animal, S. A. de C. V., que comercializa el huevo San Juan, pondrá en el anaquel de Walmart un cartón con 18 piezas de huevo blanco con la etiqueta “Huevo PACIC, en apoyo a la economía familiar* (* Aplican restricciones 47.90 pesos el precio vigente del 4 de mayo al 3 de noviembre?) No hay respuesta a esas preguntas. Qué bueno que se lanzó el paquete; pero en qué limbo han dejado a la gente. POR CARLOS MOTA

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