Expertos independientes de la ONU lanzaron este martes un llamado contundente a la FIFA y a la UEFA: suspender a Israel de todas las competiciones internacionales de futbol como respuesta a su ofensiva en Gaza. Según señalaron en un comunicado, los organismos deportivos no pueden permanecer neutrales ante lo que calificaron como graves violaciones a los derechos humanos. Los relatores especiales, integrantes del Grupo de Trabajo de Empresas y Derechos Humanos, sostienen que la suspensión de Israel sería una medida “necesaria frente al genocidio en curso”, al tiempo que subrayaron que las sanciones no deben recaer en los futbolistas de manera individual. “El boicot debe tener como objetivo al Estado de Israel y no a los jugadores por su origen o nacionalidad”, aclararon. Por ahora, ni la FIFA ni la UEFA han emitido una postura oficial. La primera evitó dar una reacción, mientras que la segunda rechazó hacer comentarios. CRECEN LAS VOCES POR LA EXCLUSIÓN DE ISRAEL Los llamados a suspender a la selección israelí y a los clubes de ese país van en aumento. Hace unos días, el exfutbolista francés Éric Cantona criticó la doble vara de los organismos internacionales: “Cuatro días después de que comenzara la guerra en Ucrania, FIFA y UEFA suspendieron a Rusia. Hoy han pasado más de 700 días desde el inicio de lo que Amnistía Internacional llama genocidio, e Israel sigue participando”. Cantona exigió medidas inmediatas y exhortó a los clubes europeos a rechazar enfrentamientos con equipos israelíes. SÁNCHEZ Y LA PRESIÓN POLÍTICA EN EUROPA La presión no solo viene del mundo del deporte. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pidió excluir a Israel de las competiciones deportivas mientras continúe lo que calificó como “barbarie” en Gaza. Sus declaraciones lo convierten en una de las voces más críticas en Europa frente a la ofensiva israelí. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud de Gaza, reconocidas por la ONU, más de 65 mil palestinos han muerto desde octubre de 2023, en su mayoría civiles. La comunidad internacional sigue dividida, pero las exigencias hacia FIFA y UEFA marcan un punto de creciente tensión en el cruce entre política y deporte. FUENTE EXCÉLSIOR