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Los ataques al exsecretario de Seguridad de la Ciudad de México son golpes contra la próxima candidata presidencial
00:04 viernes 20 octubre, 2023
ColaboradoresLa lectura en el “war room” de Claudia Sheinbaum es clara: el jefe de Gobierno Martí Batres está operando con el poder y los recursos a su alcance en favor de Clara Brugada, aspirante al gobierno de la CDMX. Primero fue de manera discreta, soterrada, ahora se hace de manera abierta y obvia. Batres, cuentan cercanos a Sheinbaum, está jugando las contras a quien gobernaba la capital y tiene el ‘bastón de mando’, que le entregó el presidente López Obrador. La exjefa de gobierno está molesta. “La están menospreciando”, dicen. Batres y otros del “ala dura” de Morena “están midiendo a Claudia, pero ya se les pasó la mano”, cuentan. “Ella ha registrado cada acción”, me dicen. No tomó a bien, por ejemplo, que el suplente del actual jefe de Gobierno, el senador César Cravioto —responsable del estado de Hidalgo, para la 4T—, se convirtiera en vocero de Brugada. En las últimas dos semanas se ha incrementado el “golpeteo” contra Omar García Harfuch, que encabeza las encuestas, y quien fue secretario de Seguridad casi cuatro años en el gobierno capitalino que Sheinbaum encabezó. El exsecretario no estaría en la contienda sin el visto bueno de ella. Compite porque la exjefa de gobierno le dio “luz verde”. El perfil de Harfuch le suma entre las clases medias, pues además de concentrar buena opinión positiva, conecta con un perfil del electorado que dificilmente votaría por la 4T. Después del descalabro electoral de 2021, donde la oposición ganó nueve de las 16 alcaldías de la CDMX, Sheinbaum requiere un buen perfil para afianzar su triunfo en la ciudad. Pero los “duros” de Morena le han puesto obstáculos en el camino. Tachan de “policía”, en tono despectivo, como si fuera insulto, a quien se siente orgulloso de serlo y está lejos de ocultar su formación. Harfuch no ha lanzado un solo ataque, tampoco quienes lo acompañan, a diferencia de varios abiertos simpatizantes de Brugada, que hasta desplegados han firmado para tratar de detenerlo. Las encuestas lo siguen dando puntero: la más reciente de El Heraldo de México, le da 35.9% frente a 20.2% de Brugada; la de Buendía & Márquez, lo coloca 39% contra 27%. Los radicales de la 4T que han tratado de organizarse para contener su avance, ya tampoco están tan cohesionados; el malestar de Sheinbaum poco a poco deja de ser un secreto y, ¿quién quiere confrontarse con la que muy probablemente será la próxima Presidenta? A los “duros” les quedan dos semanas —el 30 de octubre habrá resultados— y las cosas realmente no se mueven, pero aún hay quienes creen que pueden enfrentar no solo a Harfuch, sino a Sheinbaum. La siguen ‘calando’. Ya son dos lunes al hilo que, en el “war room”, con su equipo más cercano, la exjefa de Gobierno manifiesta su inconformidad por los ataques a Harfuch. “Ya se pasaron, ella está molesta”, me comparte uno de los asistentes. Pretender sacar al exsecretario de la carrera es tanto como atentar contra el triunfo electoral de Sheinbaum. Quienes atizan contra él por su perfil no solo atacan a Harfuch, le ponen “piedras en el camino” a Sheinbaum. ¿Eso quieren? -Off the record
Una voz escuchada en Morena, que ya se reunió con Harfuch es Rafael Barajas, el “Fisgón”. La relación entre ambos fluye; no hay veto ahí. Y esa voz pesa. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN