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Cuando el Oro Brilla y el Dólar Se Apaga: Un Análisis Detallado de la Tormenta Económica
00:02 sábado 26 abril, 2025
Colaboradores¡El mundo está loco! Con un Trump fanfarrón, China decidida a “no dejarse”, Europa con ajustes en su crecimiento y México que parece estar en un beneficioso segundo plano, cada día parece tener una nota de portada económica con innumerables consecuencias para todos.
Estas tensiones geopolíticas, guerras comerciales y desconfianza institucional, los mercados financieros han entrado en una fase de alta volatilidad. El oro, históricamente considerado el "refugio seguro" por excelencia, ha alcanzado niveles récord al superar los 3.500 dólares por onza, mientras que el dólar muestra signos claros de debilidad frente a las monedas principales y los activos tangibles.
Este fenómeno no es casual; se sustenta en factores macroeconómicos, conductuales y estructurales que merecen un análisis profundo. Entender los fundamentos económicos detrás del auge del oro, la depreciación del dólar y cómo estas dinámicas reflejan la incertidumbre global, pueden marcar el camino para entender la situación.
El auge del oro y la caída del dólar no son eventos aislados, sino síntomas de un cambio estructural en la economía global. Los inversionistas están buscando certezas en un mundo incierto, y el oro sigue siendo el activo preferido para proteger el poder adquisitivo. Sin embargo, la debilidad del dólar plantea preguntas más profundas sobre la sostenibilidad del sistema monetario internacional.
El precio del oro ha subido más de un 30% en lo que va de año, desde aproximadamente 2.600 dólares por onza en enero hasta superar los 3.500 dólares actualmente. Este comportamiento no debe sorprendernos, el refugio por excelencia tiende a re accionar positivamente ante cualquier crisis económica o políticas. Durante la Gran Recesión de 2008, el oro pasó de 870 dólares por onza en 2008 a casi 1.900 dólares en 2011, recordando lo vivido en la década de 1970, cuando EE.UU. abandonó el patrón oro y su precio aumentó más de 2.300% en términos nominales.
Volvemos a vivir la importancia el oro, aunque esta vez debemos valorar de manera significativa la magnitud y velocidad del aumento, impulsada por múltiples factores convergentes.
Cuando las tasas de interés reales (tasa nominal menos inflación) son negativas, el oro brilla porque no genera rendimientos pero tampoco pierde valor en términos reales. Actualmente, las tasas reales en EE.UU. están en -1,2%, según cálculos del Banco de la Reserva Federal de St. Louis. Bajo esta situación, los bancos centrales han incrementado sus reservas de oro en un 40% en los últimos cinco años. China y Rusia lideran esta tendencia, comprando más de 1.200 toneladas combinadas solo en 2022. Trump lo sabe y mucha batalla no es más que la frustración al ver una pérdida de confianza en el dólar como principal reserva global.
No debemos olvidar la guerra comercial entre EE.UU. y China, junto con los aranceles récord mencionados por el FMI, mismos que han reducido las perspectivas globales de crecimiento. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB mundial podría perder medio punto porcentual en 2025 y 0,3 puntos en 2026 debido a estos factores. ¿México? Desgraciadamente, no somos ajenos a esta situación, ajustando los análisis de desarrollo por quinta ocasión consecutiva para confirmar un recorte en el pronóstico de 0.3% a 0.2%, de acuerdo con la más reciente Encuesta Citi de Expectativas.
El índice del dólar (DXY), que mide su fortaleza frente a una canasta de seis divisas principales, ha caído un 7% este año, cotizando en torno a 102 puntos frente a máximos cercanos a 110 en 2022. Esta debilidad relaciona a la Reserva Federal y las innumerables presiones externas e internas para reducir las tasas de interés. Donald Trump ha criticado abiertamente a Jerome Powell, acusándolo de no actuar con suficiente rapidez para estimular la economía. Dañada la confianza en la independencia del banco central, el déficit fiscal de EE.UU. rebasa el 6,8% del PIB, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad de la política fiscal.
El oro y el dólar tienen una correlación inversa histórica, con un coeficiente de correlación promedio de -0,4. Si el dólar se debilita, el oro tiende a fortalecerse. Sin embargo, en momentos de alta incertidumbre, esta relación puede intensificarse. En el último año, la correlación ha sido de -0,6, indicando una mayor sensibilidad entre ambos activos. Un modelo de regresión lineal basado en datos históricos sugiere que por cada 1% de depreciación del dólar, el oro tiende a aumentar en un 1,5%. Aplicando este modelo a la depreciación del 7% observada en 2023, esperaríamos un aumento del oro del 10,5%, cifra que coincide con el comportamiento real del mercado.
Estamos en un momento crucial donde las decisiones tomadas hoy definirán el futuro de la estabilidad financiera global. ¿Será el oro el rey indiscutible de esta nueva era? Solo el tiempo lo dirá.
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SOBRE LA FIRMA
Columnista en #Globalmedia desde el 2018
Escribe sobre economía y política nacional e internacional.
Economista, Doctor en Administración con experiencia en Mercados Financieros.