Vínculo copiado
Tenemos desde hace unos días un detector de indígenas puros, es decir, un “indiómetro”, como lo llamó Xóchitl Gálvez
00:23 lunes 10 julio, 2023
ColaboradoresLa 4T ha traído regalos heterodoxos. No hay un servicio de salud danés, salvo que imaginemos a una Dinamarca post apocalíptica, sino varios millones más sin acceso a la medicina pública; no han servido los abrazos, vistos el récord de asesinatos y el control inédito de territorios por el crimen organizado; terminará el sexenio con más pobres que antes, así que justicia, igualdad y demás, pues no, y se acabó el dinero para los desastres naturales, así que menos expuestos a sismos y huracanes, tampoco. A cambio, tenemos desde hace unos días un detector de indígenas puros, es decir, un “indiómetro”, como lo llamó Xóchitl Gálvez, y un indiómetro que, caso inédito, encarna en dos personas clasificadas como caricaturistas. A los referidos caricaturistas se les ha señalado como fachos desde que publicaron sus pasquines gráficos contra Xóchitl. El término debe aplicarse con cuidado: se ha usado en exceso como arma arrojadiza y por eso pierde verosimilitud y contundencia. Estos chicos, sin embargo, complican lo de librarlos del estigma. Digo: si aplaudes a un gobierno propenso al militarismo, te abandonas al culto a la personalidad y repartes certificados de pureza étnica, cómo te explico. Súmale dos cositas. Primero, el maniqueísmo: ¿le cuelgas arreglos florales al presidente y coreas lo de “Es un honor”?: indígena bueno; ¿eres una empresaria próspera con una carrera política exitosa y un evidente espíritu contestatario?: indígena fake. Segundo: esa falta de sentido del humor llena de histeria militante propia no de las élites intelectuales fascistas, los altos mandos de la propaganda mussoliniana, nauseabundos pero en ocasiones sofisticados, sino de los cabos menores del panfleto, los mediocrones del libelo. Así que sí, hay un aroma a fascismo que resulta difícil pasar por alto. Lo heterodoxo del regalo, del indiómetro, es que resulta difícil entender para qué sirve. Podríamos decir que no, no sirve para identificar indígenas puros, evidentemente, pero sí, con rara ironía, para identificar fachos emboscados, esa versión reloaded de lo que hace algunos años se llamó el idiota latinoamericano. No obstante, eso también es demasiado optimista. Luego de aquello de los niños con cáncer y el golpe de Estado y de lo del niño gordo, cómo sorprenderse. Así que, me temo, el indiómetro es otro desperdicio de dinero por parte del gobierno federal. Corrijo, pues. No tiene nada de heterodoxo: pura ortodoxia cuatroteísta. Los moneros apelaron a la ironía para agradecerle a Héctor de Mauleón que los ayudara a difundir sus caricaturas, luego de que las retuiteó, por supuesto, con sentido crítico. Todos conocemos la máxima de que no hay tal cosa como la mala publicidad. La confirmación de tu bajeza ante los 600 mil seguidores de Héctor puede ser, en una de esas, piénsalo, una excepción. Por Julio Patán