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Durante el Proceso de Entrega Recepción de la administración estatal, el gobierno entrante fue acumulando diversas irregularidades y las integró en expedientes. Ya llegaría el momento de ajustar cuentas.
23:58 domingo 20 febrero, 2022
ColaboradoresUn policía en desgracia: Jaime N. fue vinculado a proceso por su probable responsabilidad en el delito de ejercicio abusivo de sus funciones públicas. Hasta hace unos meses, nadie habría esperado que el máximo jefe policíaco en el gobierno de Juan Manuel Carreras López estaría donde está hoy: en la cárcel.
El ex Secretario de Seguridad Pública del Estado, enfrenta un proceso legal y hoy está en prisión preventiva. ¿Alguien habría esperado algo semejante? Seguramente no. Durante el Proceso de Entrega Recepción de la administración estatal, el gobierno entrante fue acumulando diversas irregularidades y las integró en expedientes. Ya llegaría el momento de ajustar cuentas. Más allá del protocolo público que arrancó con una reunión de Carreras con el entonces gobernador electo, José Ricardo Gallardo Cardona, se guardó cierto sigilo respecto del cúmulo de anomalías detectadas en las entidades públicas. Algunos asuntos se ventilaron con escases de datos, pero ya apuntaban a que la administración de Carreras López era un estercolero. Una vez concretada la toma de posesión de Gallardo y de inmediato lo que se mantenía bajo reserva, explotó con la denuncia sobre la “gerencia maldita”. Empezó a desgranarse caso por caso las áreas del gobierno donde las presuntas irregularidades administrativas y financieras, obligaban a actuar con fuerza e inmediatez. El gobernador Gallardo ha ilustrado el rostro de corrupción en tiempos de Carreras, al señalar que es como cuando se aprieta un grano y emana pus. Jaime N. ha sido el primero en caer, pero no será el último. Una decena de denuncias en proceso en contra de ex funcionarios públicos de diversas Secretarías y dependencias. El ex Secretario de Seguridad figuraba desde el inicio entre los candidatos más fuertes a ser exhibidos y denunciados ante la Fiscalía General del Estado, aunque se esperaba que una de las causales fuera el tema de la compra de sistemas de video vigilancia, adquiridas con sobre precio. Como sea, es el primero en enfrentar la justicia, con la posibilidad de que durante el proceso que hoy se le sigue, se alleguen otras denuncias por otros probables delitos.
El gobernador Gallardo lanzó hace unos días una advertencia: la herencia maldita no es un discurso, es la realidad. Es indudable que el gobierno va contra quien sea necesario ir por la vía judicial. Quienes colaboraron con Carreras López deben vivir en total incertidumbre: no saben cuál de ellos sigue. Debe haber una enorme tensión entre ellos. El ex gobernador a quien hasta antes de su sexenio se tenía como un político capaz y honesto, bien pudo estar informado de aquello que hacían mal sus colaboradores, lo que supone que tarde que temprano también a él le pueden hacer cargos. El séptimo año de gobierno de Carreras empieza a tornarse en cadalso. El gobierno en turno está limpiando la casa; la herencia maldita seguirá dando mucho de qué hablar. Gallardo ya calificó a Carreras de “ridículo” al haber inaugura con un autobús prestado la frustrada obra del Metrobus. Luego, en el inicio de las obras de rehabilitación integral del Anillo Periférico, fue más contundente y tildó al gobierno de Carreras como una “porquería”. El tono del mandatario va ganando atrevimiento al referirse a su antecesor, de manera que queda claro que al doctor lo tienen en la mira. El último dato: el Fideicomiso para el Desarrollo Económico que con una bolsa de 300 millones de pesos, con el aval del ex gobernador, se repartían discrecionalmente entre amigos del gobierno. Cada vez con más frecuencia se denuncian casos del presunto manejo lícito del erario, de modo que no deberá llamar al asombro que después de Jaime N, sean más los detenidos.