Vínculo copiado
No se trata de que el trabajador mexicano sea improductivo per se, porque el mismo individuo en una empresa estadounidenses sería muy productivo
00:02 domingo 11 mayo, 2025
ColaboradoresTodos hemos visto el descaro de los trabajadores en México. Es tremendamente impopular decir eso, pero es la verdad. Hay un sinfín de ejemplos de cómo los trabajadores en las empresas pierden el tiempo durante las horas laborales: mirando el celular para entretenerse; conversando; enviando mensajes; comprando un cosmético a la compañera neni que lleva un nuevo catálogo; etc.
Esas escenas, tan extendidas en la cultura mexicana, no se observan con tal descaro en países como Estados Unidos. Allá, cuando un trabajador mexicano migra y consigue empleo, dedica preponderantemente las horas laborales a lo que le toca: trabajar. No a vender cosméticos; no a coordinar la fiesta de su hijo a través del grupo de WhattsApp. No. Lo dedica a trabajar.
El resultado de la tremenda laxitud con la que operan millones de trabajadores en el sector formal nacional es que México aparece consistentemente como el país con el mayor número de horas “trabajadas” promedio por trabajador, con más de dos mil 200; mientras que países como Suecia o Países Bajos, que triplican el PIB per cápita mexicano, trabajan la mitad de las horas.
¿Cuál es la raíz del problema? Erróneamente se ha creído que se trata de un tema de corrupción. Pero eso es una falacia. Hay miles de trabajadores que participan en empresas con razonables sistemas para evitar corruptelas que de todas formas pierden el tiempo en las horas laborales.
El problema es de falta de productividad, y el sistema que así lo favorece. Pero ojo, no se trata de que el trabajador mexicano sea improductivo per se, porque el mismo individuo colocado en una empresa estadounidenses sería altamente productivo. El problema es que el sistema y la cultura laboral mexicana fomentan la pérdida de tiempo en las horas laborales. Así, mientras un coreano come en 20 minutos en su escritorio, y luego continúa trabajando; un mexicano se toma su tiempo para ir a un puesto callejero a la hora de la comida. Y regresa al lugar de trabajo con parsimonia.
Ahora que en junio se discutirá en la Cámara de Diputados la transición a la jornada laboral de 40 horas, el elefante en la habitación será la baja productividad y las pocas horas efectivamente trabajadas. Pero si los legisladores y la autoridad conscientemente le entran a ese tema, entonces estaremos hablando, porque es muy diferente trabajar ocho horas, a “estar” en el trabajo esas horas, y solo trabajar efectivamente 60 por ciento de ese tiempo. El desafío mexicano es abordar la propuesta incluyendo el más espinoso de los temas. Veremos.
ANIQ
El nuevo presidente de la Asociación Nacional de la Industria Química, José Carlos Pons de la Garza, tendrá el reto de acelerar el intercambio de datos e información, así como mejorar la compatibilidad regulatoria de México con EUA y Canadá, en el marco del T-MEC.
POR: CARLOS MOTA
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