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El desacuerdo llevó a un forzado paro de labores en gran parte del gobierno federal. Pero una parte de la atención política está en otro capítulo
00:01 lunes 13 octubre, 2025
ColaboradoresEl fantasma del fallecido financiero y traficante de menores Jeffrey Epstein se cierne otra vez sobre el gobierno del presidente Donald Trump. En términos reales, Estados Unidos parece atento a la resolución del forcejeo político entre las mayorías republicanas y las minorías demócratas en las dos Cámaras del Congreso estadounidense, a propósito del financiamiento de algunos programas de ayudas de salud y servicios sociales que afectan a unos 20 millones de personas. El desacuerdo llevó a un forzado paro de labores en gran parte del gobierno federal. Pero una parte de la atención política está en otro capítulo, la posible reanudación de la crisis causada por la disputa alrededor de las investigaciones sobre el aparente suicidio de Epstein mientras estaba en la cárcel en 2019 y su relación con una serie de personajes políticas, desde el defenestrado Príncipe Andrew de Gran Bretaña hasta el expresidente Bill Clinton y el ahora presidente Donald Trump. El problema está en que los republicanos demandaron investigaciones y claridad sobre una serie de teorías conspirativas en torno al suicidio de Epstein, acusado de haber tenido relaciones sexuales y haber traficado con mujeres menores de edad, en complicidad con su compañera Ghislaine Maxwell, ahora en la cárcel.
Trump, de hecho, nombró a Kash Patel y Dan Bongino, dos prominentes promotores de la conspiración, para encabezar la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y descubrir si hubo encubrimientos. Pero las demandas y la indignación parecieron terminar cuando apareció el nombre de Trump entre los amigos de Epstein, y a pesar de señalamientos sobre una ruptura personal entre los dos en 2004, las autoridades judiciales no parecieron tan ansiosas de continuar el caso y de hecho afirmaron en julio que no había más información válida. Es posible, quizá probable, que tengan razón, pero después de años de agitar la idea de que hubo una conspiración para eliminar a Epstein y evitar sus potenciales revelaciones, el súbito frenazo de los líderes republicanos renovó el escándalo y sacudió de nuevo el árbol conspirativo. Pero el cierre parcial del gobierno permite hasta ahora que Mike Johnson, presidente republicano de la Cámara baja, detenga la posibilidad de un voto para divulgar la documentación del caso, propuesto por una aparente pequeña mayoría de legisladores: la bancada demócrata y un puñado de republicanos que la desean.
Lo peor del caso es que si bien, es posible que haya información dañina para Trump, es igualmente factible que no haya mucho más de lo que los estadounidenses ya saben de su actual mandatario, de sus escapadas sexuales a su estilo de hacer negocios y hasta algunos tratos presuntamente sospechosos en transacciones con oligarcas rusos –que habrían llevado a su ruptura on Epstein por competencia–. El hecho es que se trata de un escándalo que ha crecido, por lo que el propio Trump y sus aliados insinuaron primero y, ahora, por lo que se cree que ocultan. Únete a nuestro canal de WhatsApp para no perderte la información más importante 👉🏽 https://gmnet.vip/7Be3H
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS