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El concepto de dinero ha evolucionado de manera constante a lo largo de la historia
00:10 martes 9 septiembre, 2025
ColaboradoresEl concepto de dinero ha evolucionado de manera constante a lo largo de la historia, pasando de sistemas de trueque y metales preciosos a monedas fiduciarias y sistemas financieros digitalizados. En la actualidad, hablar de dinero ya no se limita a billetes y monedas físicas, sino que implica una amplia gama de representaciones electrónicas y digitales que permiten transacciones más rápidas, seguras y globales.
Dentro de este panorama, destacan dos formas que generan tanto interés como confusión: el dinero electrónico y las criptomonedas. Aunque comparten la característica de no tener soporte físico en su mayoría, difieren de manera significativa en su origen, regulación, funcionamiento y riesgos.
Mientras el dinero electrónico es el valor monetario que se almacena en medios electrónicos, como tarjetas prepagadas, monederos digitales o aplicaciones móviles, y está respaldado por una moneda fiduciaria (como el peso, el dólar o el euro), además de estar regulado por instituciones financieras, las criptomonedas son activos digitales creados mediante tecnologías de criptografía y blockchain. A diferencia del dinero electrónico, no dependen de un banco central ni de una autoridad financiera. Su valor proviene de la oferta y la demanda en el mercado.
Como se puede observar, estas diferencias son especialmente importantes, y te lo platico en tres puntos:
Primero, el dinero electrónico cuenta con un soporte digital, es decir, se encuentra registrado en una tarjeta o aplicación, pero siempre representa dinero físico depositado previamente en una cuenta bancaria. Por lo mismo, tiene una aceptación regulada, pues se usa para pagos en comercios electrónicos o físicos, recargas de servicios o transferencias entre personas.
Segundo, las criptomonedas, como se dijo, obtienen su valor de la oferta y la demanda en el mercado, lo que las convierte en un activo financiero descentralizado, ya que no existe una entidad que las emita o regule. Son validadas a través de redes distribuidas, con un uso global, y su precio puede variar drásticamente en muy poco tiempo.
Tercero, hablar de dinero electrónico no implica necesariamente el uso de Bitcoin, aunque el uso del Bitcoin sí implica el uso de dinero electrónico. Sin embargo, son cosas diferentes: en uno se gasta lo que es propio y en el otro se trata de una inversión en la que se pueden obtener o no rendimientos.
En fin, hablar de dinero digital implica comprender la diferencia entre dinero electrónico y criptomonedas. Mientras el primero está respaldado por depósitos previos y supervisión financiera, las segundas representan una innovación disruptiva que ofrece ventajas tecnológicas y de descentralización, pero que también conlleva riesgos elevados.