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“Por qué importan los mercados financieros”
00:03 viernes 21 junio, 2024
Colaboradores“La incertidumbre siempre crea dudas y la duda crea miedo"
Óscar Muñoz, ex CEO de United En las últimas semanas se ha dado una fuerte discusión, como siempre polarizada, respecto de la importancia que pueden tener los mercados financieros, en el país; sobre todo a raíz de la reacción que estos han presentado tanto en tasas de interés, como en tipo de cambio, a partir de declaraciones sobre la intención de cambios en el modelo de operación de la Suprema Corte de México. Parece por ello conveniente revisar, cual es el potencial impacto que estos mercados tienen para temas prácticos de la economía mexicana. Primero cabe señalar que, en el pasado, la disputa era señalando que el FMI imponía condiciones a México y a otras economías. Pero tendría que entenderse que el FMI opera como un gran fondo que presta recursos, para estabilizar de balanza de las economías, en la mayoría de los casos, de países con problemas de deuda y que establecía condiciones que permitieran asegurar la capacidad de pago futura. En otras palabras, si no querían recibir algún tipo de condicionamiento, bastaría con que tuvieras disciplina fiscal y no requirieras esto rescates o apoyos externos. México, con disciplina y sacrificio pudo establecer condiciones que le permitieron corregir desequilibrios fundamentales a nivel macroeconómico e interno, aunque evidentemente, en ese esfuerzo, se generaron desequilibrios muy importantes que acentuaron los factores de desigualdad interna en el país, creando condiciones que desde hace décadas es imperativo resolver. Volviendo al punto para ejemplificar la importancia que una estabilidad cambiara para el país, pensemos específicamente en que recientemente el gobierno anunció que llevaría a cabo el pago anticipado, frente a la volatilidad cambiaria, de un bono denominado en dólares que vencería en el 2025, por un monto de 894 millones de pesos. Lo anterior, con el fin de disminuir la presión que el próximo gobierno enfrentaría en cuanto al servicio de la deuda. Tan solo ese bono, por el efecto de las últimas semanas en el tipo de cambio, en el que se ha presentado una variación de poco más del 12 %, el pago anticipado al nivel del tipo de cambio al que se ha llegado implica una obligación de desembolso superior a 1,788 millones de pesos adicionales para el gobierno mexicano. Y eso es solo de un bono de una muy pequeña, fracción del total de la deuda de nuestro país denominada en dólares. Por otro lado, siguiendo con la misma comparación, México había anunciado en el mes de enero la emisión de un bono por 7500 millones de dólares. Haciendo cuentas de cocinero, dicho bono que se emitió en realidad en tres plazos, tiene una tasa que podríamos redondear en aproximadamente 6 % anual. Solo ese endeudamiento, por la variación del tipo de cambio de las últimas semanas, representará en una obligación de pago de servicio de deuda anual, un incremento de cerca de 900 millones de pesos cada año. Si además incorporamos un escenario negativo en el que producto de las condiciones de deterioro del entorno de perspectivas, las calificadoras decidieran bajar el grado de inversión a México y colocarlo en una postura límite de bono chatarra, el efecto completo entre la depreciación cambiaria más el incremento en la tasa de referencia en la tasa pagadera de los bonos en México en el futuro con ejemplo de un bono que se emita de similares características, tendría un impacto de 3000 millones de pesos anuales de adicionales. Hay que recordar que, durante prácticamente toda la administración, pese a las estridencias, no hubo un efecto negativo, ni en tipo de cambio (aunque este se explique más por factores internacionales que por temas internos), ni de calificación crediticia. Lo que preocupa a los mercados financieros casi siempre es fundamentalmente la certidumbre de las reglas de inversión. No preocupa la orientación de la política (siempre y cuando haya capacidad de pago de la deuda). A nivel mundial, cualquier escenario que afecta la visión que se tiene de un país respecto de la certeza del cumplimiento del marco legal, junto con la visión de potencial crecimiento del nivel de endeudamiento y la capacidad de pago, son los que detonan efectos negativos en la calificación crediticia. El próximo gobierno ha anunciado una política muy clara en la que, si bien está abierto a la inversión privada en ciertos temas, fundamentalmente los temas estratégicos pretenden que sean solventados con recursos públicos. De ahí la mayor importancia de que el gobierno cuente con una capacidad de endeudamiento y de administración del servicio de su deuda estable, para lo cual es indispensable tanto un tipo de cambio menos volátil, como el grado de inversión de la calificación crediticia. Mucho del margen de maniobra de la próxima administración, dependerá de ello. El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares