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Hay dos bloques dentro de Morena: quienes quieren –y necesitan- piso parejo y quienes no
00:03 jueves 15 diciembre, 2022
ColaboradoresEl pasado fin de semana Marcelo Ebrard pisó el acelerador. Sus palabras muestran que hay dos visiones y, probablemente el escenario electoral se divida en dos bandos dentro de Morena: quienes quieren (y necesitan) piso parejo y quienes no. A los primeros, Ebrard y Ricardo Monreal, les conviene una balanza equilibrada, sin favoritismos, para competir en equidad de condiciones. Ellos piden definición de reglas del juego y claridad en los tiempos. Ambos presionan; el calendario avanza. Por el contrario, hay quienes (Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López) están cómodos con reglas aún no claras que les dan mayor margen de maniobra. Apenas la semana pasada Monreal habló en un encendido discurso, de la necesidad de piso parejo y la posibilidad de debatir y contrastar proyectos entre quienes aspiran a la candidatura presidencial. “¡Lo único que quiero es democracia en mi partido! ¡Es lo único que deseo: participar con honestidad!”, dijo durante el Informe del senador Navor Rojas, en Hidalgo. ¿Creen que es mucho pedir? (…) ¿Es mucho pedir democracia y dignidad? Yo creo que no”, remató. Dos días después, el 7 de diciembre, insistió: “Siempre he insistido en los debates, me parece que es un avance que acepten los tres, incluyendo a Adán Augusto, que acepten todos los que quieran estar presentes, ayudará a ahuyentar el clima de linchamiento”. Ebrard ya había deslizado antes esa posibilidad, que el propio presidente vio con buenos ojos el miércoles 7 en su mañanera. Le preguntaron sobre si estaba o no de acuerdo con posibles debates entre las “corcholatas” y respondió: “Si ellos lo aceptan, sí, no hay por qué negarse a dar a conocer sus planteamientos, solo tener cuidado de que no los vayan a acusar de actos anticipados de campaña (… si no está prohibido y lo pueden hacer, pues ejercen su libertad”, aseguró. Ese mismo día, el secretario de Gobernación aceptó los debates, pero el lunes pasado cambió de opinión y pidió esperar. El bandazo llegó después de las palabras de la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum que afirmó que el próximo año la contienda estará “concentrada en las elecciones del Edomex y Coahuila” y aun “no es momento”. No solo eso, dijo que es precipitado hablar de tiempos para separarse del cargo. Desde luego el suyo es un cargo de elección popular y esa responsabilidad debe ser mayor a su aspiración presidencial, pero es obvio que tiene una ventaja competitiva con respecto a los otros aspirantes. 24 horas antes, Ebrard había fijado postura. La misma que nos compartió a hace un mes y publicamos en este espacio el 4 de noviembre pasado. “Nuestros planteamientos, cimentados en principios básicos son: 1) la celebración, en el primer semestre de 2023, de debates públicos entre las y los aspirantes para conocer y contrastar perfiles, trayectorias y propuestas; 2) el establecimiento de una fecha límite para la separación de los cargos públicos meses antes de la celebración de la primera encuesta de reconocimiento; 3) la aplicación de la encuesta realizada y supervisada de manera independiente y con una sola pregunta en urna simulada”, le escribió en una carta que entregó en mano a Mario Delgado, presidente de Morena. Avanzan los tiempos y va quedando claro: hay dos visiones y, parece, habrá dos bloques. Suenan los tambores de guerra. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN