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Ernesto García Hernández advirtió que esta detención podría ser el inicio de una investigación más amplia
01:50 miércoles 17 septiembre, 2025
JaliscoLa reciente detención de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, ha desatado un nuevo episodio de tensión en el escenario político nacional. Las acusaciones que enfrenta —corrupción, vínculos con el crimen organizado y presunto encubrimiento de redes de huachicol— no solo afectan su trayectoria, sino que ponen en entredicho a su exjefe político, el actual senador y exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Bermúdez Requena fue un personaje clave en la estructura de seguridad del gobierno tabasqueño durante la administración de Adán Augusto López (2019–2021). Como titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, su nombre estuvo vinculado desde entonces con operativos cuestionados, decisiones polémicas y señalamientos por presuntas irregularidades. Tras dejar el cargo estatal, su perfil pasó a segundo plano, hasta que en las últimas semanas su nombre volvió a ocupar titulares al ser vinculado con el grupo criminal conocido como “La Barredora”, implicado en actividades de huachicoleo, extorsión y tráfico de influencias en el sureste del país. Las investigaciones lo colocan como una figura clave dentro de esta red, con presuntos vínculos que alcanzan a fuerzas federales como la Marina y la Sedena. La cercanía entre Bermúdez y Adán Augusto no es un secreto. Ambos compartieron responsabilidades durante la gestión estatal en Tabasco, y múltiples fotografías y documentos dan cuenta de su relación directa. La detención de Bermúdez ha provocado un daño colateral directo al senador, quien enfrenta cuestionamientos sobre qué tanto sabía y qué tanto permitió durante su mandato. Las declaraciones del expresidente Andrés Manuel López Obrador —quien en su momento señaló que ningún alto funcionario operaba sin el conocimiento de su superior inmediato— refuerzan la sospecha de que Bermúdez actuaba con la venia del entonces gobernador. Aunque Adán Augusto ha evitado pronunciarse directamente sobre el caso, su figura política ha sufrido un evidente desgaste. Su actividad pública ha disminuido, y su presencia en eventos clave de Morena ha sido limitada. Incluso en el reciente Foro Nacional del partido, su participación fue breve y su semblante reflejaba preocupación, según reportes de prensa. Dentro de Morena, el caso ha generado división interna. Algunos sectores defienden al senador y piden respeto al debido proceso, mientras otros comienzan a tomar distancia, temerosos del posible impacto negativo en la imagen del partido, sobre todo en regiones como Tabasco, donde Adán Augusto conserva influencia. En entrevista para “Así las Cosas” Ernesto García Hernández advirtió que esta detención podría ser el inicio de una investigación más amplia que alcance a otros operadores políticos y funcionarios que, en su momento, trabajaron bajo el manto de Adán Augusto. Además, se abre la puerta a interpretaciones políticas: mientras algunos ven una acción legítima de la justicia, otros no descartan un ajuste de cuentas interno, considerando los recientes choques del senador con la actual dirigencia del partido y su alejamiento de las líneas oficiales. Posibles consecuencias a mediano plazo
1. Desgaste político para Morena: El caso podría debilitar aún más la imagen de un partido que ha prometido combatir la corrupción, pero que enfrenta escándalos similares a los de sus antecesores. 2. Pérdida de control territorial en el sur: La situación en Tabasco, bastión político de Morena, podría erosionarse, abriendo espacios para fuerzas como Movimiento Ciudadano o el PRI local, que han ganado simpatías en los últimos meses. 3. Reducción del capital político de Adán Augusto: De confirmarse vínculos más sólidos con la red criminal, su futuro político podría verse comprometido, incluso con riesgos legales si la investigación escala. 4. Mayor presión sobre la Fiscalía y el gobierno federal: Dependiendo del rumbo que tome el caso, se pondrá a prueba el compromiso del actual gobierno con la rendición de cuentas, especialmente si se toca a personajes cercanos al poder. “Las próximas semanas serán cruciales. Lo que está en juego no es solo la reputación de un exfuncionario, sino la credibilidad de todo un proyecto político que prometió ser diferente”, concluyó García Hernández.