Una de las tónica del Gobernador Gallardo frente a sus secretarios, colaboradores y cercanos, es que no les ha dejado duda alguna: si por algo, alguien se debe de ir, se irá. Distinto a lo que en su momento fue la política “gabinetera” de Juan Manuel Carreras: no mover a nadie.

Si lo que pensó es que un gobernante que mueve piezas se le ve débil, se equivocaba. Y tuvo varios en su gabinete que no debieron haber durado ni dos años. Hoy Gallardo y su política le ha dejado claro el mensaje a su equipo. Anunciándose ayer un relevo importante en una cartera vital como Secretaria de Finanzas: sale Salvador González y entra Omar Valadez. Ambos de extrema confianza.

Ambos sabedores de sus temas. El primero ocupará, sin duda, un escritorio relevante. Quien sabe.

Por los tiempos que se vienen se le requeriría en algún otro lado. Y el segundo sabedor del tejido económico que aprendió desde su estancia en el municipio de Soledad. Por muy buenas razones que hayan sido las de Salvador, el mensaje es claro para todas y todos. Todas y todos están en veremos.