La trayectoria y expertis de Fernando Chávez durante años le han permitido tener tarjetas de presentación de suficiente solvencia política: secretario particular de un gobernador del Estado (Fernando Silva Nieto), Regidor del Ayuntamiento (2003-2006), Secretario de Estado en varios sexenios, Diputado local y coordinador de campañas electorales federales y locales no han sido casualidad. Se han debido a su eficacia, eficiencia, profesionalismo, entrega, dedicación, lealtad, talento y tacto en los puestos públicos que durante años ha ocupado. La Secretaria General del H. Ayuntamiento capitalino -donde despachó hasta el día de antier-, tuvo este primer año con Chávez un nombre y hombre fuerte, que permitieron transitar a la administración de Enrique Galindo en la mar de la tranquilidad por su manejo y trato político impecable con los poderes externos como el Ejecutivo, Legislativo y Judicial y la iniciativa privada, así como con los poderes internos: gabinete y el Cabildo. La solución a los problemas, dialogo y métodos con que Chávez rubricaba su forma de hacer verdadera política, contrastó diametralmente con algunos miembros del gabinete galindista de cierto perfil “técnico” con ínfulas celosas y enfermizas de promover los negativos de sus demás compañeros tanto al interior como al exterior de la UAM, en lugar de procurar la cohesión. Reflejando así su pequeño y acomplejado tamaño.

El tiempo lo dirá. Porque tiempo tampoco queda tanto…

Hoy más que nunca Enrique Galindo debe de tomar todavía más fuerte y más firme la rienda de su gobierno. 

Ayer sonaban muchos nombres. Algunos con talento pero con poca experiencia y otros con mucho tiempo en la política, pero que hubieran sido poco eficaces en un puesto como la Secretaria General. La designación de Jorge Daniel Hernández Delgadillo, como nuevo Secretario General, fue como dicen en el fútbol: “delantero por delantero". Jorge Daniel tiene un muy parecido perfil al de su antecesor. 

También su curriculum le avala: Sindico, Secretario General de Gobierno, Procurador General de Justicia, Oficial Mayor. 

Bien. 

Este tipo de puentes y pilares son los que Galindo necesita para afianzar el presente y futuro político de su gestión: experiencia de la mano con la lealtad y la confianza. Pero no bastara con esta decisión. Después de lo de esta semana, ahora debe de cuidar los perfiles al interior de su gabinete. Evitar el chisme “técnico” bajo, ruin y barato que contamine a su equipo y que al mismo tiempo solo buscan su beneficio personal o el de sus allegados o recomendados. 

Sin ver y analizar daños provocados por “grillas” primerizas sin experiencia y menos trayectoria política. El tiempo lo dirá… Hasta el lunes.