“Pudo haber hecho mejor las cosas. El evento daba para más”. Concreto fue el gobernador Ricardo Gallardo para “dar la puntilla” y salida a quien fungiera como su secretaria de Cultura, hasta ayer, Elizabeth Torres. Si bien la molestia y palabras derivaron de la rueda de prensa-presentación del tradicional y emblemático Festival de Danza “Lila López”, el cúmulo de gotas negativas llenaron el vaso de su jefe. Nulas actividades culturales de gran calado (rebasadas incluso por la administración municipal capitalina) como política pública a nivel de un estado con una riqueza para ello envidiable y presupuesto mayor asignado. O poca coordinación con sectores culturales y de la sociedad civil, sumado a un mínimo de manejo político y cortes de su parte, fueron detonantes que, durante 20 meses de su gestión, terminaron en esto: su vergonzosa salida. Un ejemplo de ello y el más tormentoso fue el que tuvo Elizabeth Torres, como titular de esta dependencia, con “Tradiciones Potosinas, A. C.”. El tomar en sus manos la organización de la “Procesión del Silencio” resultó un “mar de lágrimas” -como las de “la Dolorosa” misma- de dimes y diretes. Provocando una polarización -al interior de cofradías y directivos de “Tradiciones”- que lució más en los previos de la “Semana Santa” potosina, perdiendo el tiempo que pudo aprovechar en organizar otras actividades propias de la temporada y de su despacho. Los gobernantes actuales deben de ver en la cultura y el turismo pilares donde sostengan las políticas públicas de sus gobiernos. Los mismos deben descansar en nombres capaces de detentar carteras de ese tamaño sin improvisaciones ni posturas personales que nublen sus juicios. Porque si Elizabeth Torres no fue capaz de dar continuidad estable organizando una “Procesión del Silencio” con más de 70 años de vida, menos iba a lograr lo mínimo indispensable de una sencilla rueda de prensa y presentación para darle el respeto y categoría de más de 43 años que el Festival de Danza “Lila López” merece. “Pudo haber hecho mejor las cosas. El evento daba para más”, dijo su jefe, el gobernador del Estado. Coincidimos.

Claro que el Festival “Lila López” merece más, mucho más. Pero no solo el Festival.

¿Pudo haber hecho mejor las cosas? Si.

¿El puesto daba para más? También, mucho más.