La competitividad es ese renglón donde se coloca cualquier ente que, precisamente, busquen sobresalir de entre sus pares a fin de lograr un fin y objetivo. En el ámbito empresarial se trata de elaborar y vender el mejor producto por encima de iguales a fin de acrecentar sus ingresos y mantener su prestigio. En la oferta de promoción estatal se trata de lo mismo y con el mismo objetivo. La competitividad entre países, entidades federativas o municipios se da a través de un ofrecimiento primario de facilidades, tramitología potable, beneficios, insumos, estabilidad política, social, económica, segura, entre otros factores que logren llamar la atención de inversionistas para instalar sus empresas y consolidar así sus productos. San Luis Potosí está en la competencia. Nacional e internacional. Las cámaras empresariales confían en las autoridades locales -solo en la estatal y las municipales- y esperan de estas un San Luis Potosí que quepa dentro del listado de peticiones que buscan tercero para sentar sus reales. Y la confianza va de la mano con los hechos. “Prometer no empobrece” dice el dicho, pero también “amor son acciones y no buenas razones”. Infraestructura vial, seguridad, facilidad para el desarrollo de la vivienda y la tramitología burocrática, seguridad son calvarios que agotan al emprendedor. Pudiendo ser oportunidades, a veces las autoridades las evitan y la competencia se pierde. Seamos competitivos, si queremos un San Luis en grandes ligas. Ya estamos, pero hasta los más grandes pierden. Hasta el lunes